El umbral máximo de desvergüenza

Si se usan mucho, el escándalo, el beso y la caricia dejan de sentirse

Francisco Apaolaza

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Si se usan mucho, el escándalo, el beso y la caricia dejan de sentirse. El amor y el sobresalto son de las cosas de las que primero se cansa uno. Eso lo aprenden los adolescentes en los bancos donde se sientan a besarse durante horas ... y los politólogos de los gabinetes. En política se da la paradoja por la que, a mayor escándalo, menores son proporcionalmente sus efectos en la ciudadanía. Existe un umbral máximo de desvergüenza por encima del cuál, el ciudadano ni siente, ni padece y esta ley la están asumiendo peligrosamente mandatarios del mundo entero cuando concluyen que en política, si se va a liar, vale la pena liarla mucho.

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