Francisco Apaolaza

La gente era él

Mayo en primavera alumbró a Pablo Iglesias y mayo en primavera lo vio caer

Francisco Apaolaza

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Mayo en primavera alumbró a Pablo Iglesias y mayo en primavera lo vio caer. De aquellos tiempos escribí que había una librería cafetería en Lavapiés cerca de la sede de Podemos donde te servían bizcocho de quinoa y en los balcones la gente colgaba los ... calzoncillos, los monos de trabajo, el triciclo del chaval y la garrafa de cinco litros de aceite. De la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense llegaban aquellos tipos de los que pensaba España que sabía de lo que hablaban y que al fin iban a comprender los problemas de la gente, pues llevaban mochila, daban discursos en las puertas de los teatros y, cuando llegaban al Congreso, no sabían dónde se colgaba el abrigo. Un lustro después, Vallecas es Ayuser y termina el ciclo político de iglesias y de Podemos, una cosa que comienza en la acera del 15M donde lo mismo se cambiaba el mundo citando a Marcuse que haciendo masajes de reiki y que acaba en una fortaleza de la Sierra de Madrid con piscina, tinaja, coche oficial, cinco mil pavos de indemnización por irse del cargo y mucama del ministerio.

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