La España pospuesta

Al principio de la pandemia, el Gobierno consiguió que calara la noción de que no era el momento de pedir explicaciones

Francisco Apaolaza

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Lo malo de aceptar que no es el momento de buscar culpables es que nunca se encuentra el culpable. Al principio de la pandemia , el Gobierno consiguió que calara la noción de que no era el momento de pedir explicaciones. Se fueron extendiendo ... las teorías más infames como esta de que los dirigentes no tomaron medidas pese a las alertas sanitarias porque recogían el sentir de la población despreocupada. Es decir, que el culpable de que no se cerrara España era la España misma. Ay, España, siempre en el bar. Como si el pueblo tuviera acceso al panel de la OMS y un centro de alertas sanitarias en el salón que le señalara las razones de peso para creer que lo que había pasado en China y lo que estaba pasando en Italia no iba a pasar –estaba pasando ya– en Madrid: si no lo sabía usted, señora, no lo podía saber nadie. Se llegó así a una suerte de suspensión de la opinión pública donde el que disentía era señalado como traidor a la patria –«Le contarás a tus hijos que en plena crisis criticaste al Gobierno», me reprochó un lector–, o acaso como un conspiranoico. Un antipatriota. Un loco.

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