Lo de Ábalos

En realidad, a mí las costumbres personales de este o de otro me importan bien poco siempre que sean personales

Francisco Apaolaza

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Ahora que los rockeros ya no escandalizan, ahora que se levantan a las siete menos diez de la mañana y hacen dos horas de pilates en ayunas, ahora que comen recetas de superalimentos con cúrcuma y escriben canciones sobre las consecuencias de la deforestación, ahora ... que las estrellas del rock dan clases de meditación y los Rolling llevan en las giras un geriatra en lugar de un camello, alguien tenía que pegarse las fiestas con mujeres, gastarse la pasta en champán y destrozar las habitaciones de los hoteles. Ese alguien es José Luis Ábalos. O eso cuenta Ketty Garat en ‘The Objective’ en la primera de las piezas sobre los supuestos escándalos del ex ministro de Fomento, una serie que nace con un aire irresistible de concierto de los Ramones; yo los vi en el 92 y vomitaban entre canción y canción.

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