Antonio Macias Geneiro - opinión
La formación en las hermandades
Hermano Mayor del Descendimiento
Desde hace unos años, las hermandades y cofradías parecen que están dando una importancia y relevancia a las iniciativas de formación. Cierto es que se escuchaban voces pero los cofrades somos muy reacios a determinadas cosas y este parecía un tema algo ‘tabú’, por aquello de quién le pone el cascabel al gato o quién coge el toro por los cuernos.
Las conferencias o charlas que se promocionaban desde las distintas vocalías de los diferentes consejos de hermandades y cofradías no cuajaban, bien por deméritos de unos o también por desganas de otros. Pero parece que algo ha cambiado en el seno de las propias hermandades o es la propia sociedad quien lo demanda.
Por ello, la iniciativa que ponemos en práctica de forma conjunta en la parroquia de San Lorenzo nuestra hermandad del Santísimo Cristo del Descendimiento y la propia parroquia de San Lorenzo, más concretamente, su párroco y director espiritual, que ve con buenos ojos, no solo la idea, sino al ponente, allá por el año 2012 va dando sus frutos a base de paciencia y tesón. A esta iniciativa se une la Fraternidad Servitas, que sigue a la vanguardia en estos temas y de la que hay aprender muchísimo.
De esto hace seis años y en ello seguimos. No cabe duda que la valía del ponente, Miguel Ángel García Mercado, y su inusitado interés y la motivación que arrastra hace que nos sintamos realmente como lo que somos y demostramos: una gran familia. Años anteriores se han sumado diferentes cofrades y miembros de Juntas de Gobierno de otras hermandades gaditanas, que cuando han visto el ambiente que allí se cuece no han dudado un momento en asistir. Es más, han llevado al ponente a su parroquia o iglesia para que también lo conozcan en su entorno. Lo ameno del ponente, la variedad de las sesiones y los temas a tratar, todos de vigente actualidad, hacen que todo sea más fácil y agradable a los oídos de quienes asistimos de forma regular al desarrollo de las sesiones.
Por eso, cuando hablamos de estas cuestiones, nadie se asusta ni se lleva las manos a la cabeza, ni se rasga las vestiduras, porque esto se está convirtiendo en algo rutinario. Algo de lo que adolecíamos y a lo que había que ‘meter mano’ y comprometerse.
La hermandades, hoy en día, y más que nunca porque la sociedad así nos lo demanda, como señalé más arriba, tenemos que hacer frente no sólo a cuidar el patrimonio procesional (enseres, túnicas, sayas…) y musical, sino el patrimonio humano porque no hay que olvidar que es lo más importante dentro de la hermandad, amén de sus sagrados titulares, a quienes veneramos y rezamos, dando cultos no solo en la cuaresma, sino a lo largo y ancho de todo el año, y en torno a los cuales se crearon las hermandades. Quiero significar, por tanto, que las reformas o las evoluciones de las hermandades y cofradías han de realizarse desde su interior, nunca desde el exterior. Porque esto tendría categoría de ‘moda’ impuesta por la Junta de Gobierno que en ese momento rigiese los destinos de la hermandad. Los cambios deben venir de su propio interior, de sus propias entrañas, para que perdurasen en el tiempo y no en el momento.
Desde esta tribuna quiero animar a aquellos que se sientan retraídos a este tipo de reuniones o conferencias. En ellas, aprendemos todos, hasta el propio ponente, y no resultan monótonas ni tediosas. Al contrario, al estar amenizadas con soporte informático, todo es más motivador. Son siete charlas durante todo el curso de una hora de duración, que comienzan en octubre y acaban en junio y además, como dicen los departamentos de marketing de cualquier centro comercial, totalmente gratis.