OPINIÓN

Fiesta de cruceros

Más que un logro, se trata de un síntoma del idilio de la ciudad con este tipo de turismo

La fiesta vivida ayer en los muelles y en el centro de Cádiz fue una prueba, un síntoma del idilio que la ciudad tiene con el turismo de cruceros de forma ininterrumpida desde hace más de 15 años. La capital gaditana tiene uno de sus mayores potenciales de crecimiento económico y de creación de puestos de trabajo en los turistas que llegan por mar a la ciudad. Miles de ellos a lo largo del año y a los que hay que ofrecerles una variedad lo más amplia posible de ocio, cultura y comercio.

Cada primavera y cada otoño –temporadas altas locales– pero también ya cada verano, Cádiz afronta un nuevo exámen con una masiva llegada de cruceristas, que cada año se convierte en la mayor de la historia respecto al ejercicio anterior. Se han llegado a producir aumentos que rondan el 20% de un año al siguiente. Un crecimiento que no es sino una oportunidad que la ciudad no debe desaprovechar.

La Autoridad Portuaria ha hecho su parte del trabajo, como quedó claro ayer con el encuentro de aniversario de cuatro buques de la naviera Fred Olsen , y desde Diputación también se ha sembrado para que estos datos vayan a más cada año con su presencia en diversas ferias internacionales y campañas de promoción. Ayer afianzó esa apuesta con un encuentro festivo que refuerza la personalidad de la ciudad como puerto de cruceros y como aspirante a ser base de la salida de algunas líneas. La tarea de atraerlos a Cádiz ya se ha hecho. Ahora toca ampliar .

Sin embargo, queda aún un largo recorrido para aprovechar en toda su diversidad esa afluencia, casi diaria, de visitantes. La ciudad, sobre todo su casco histórico, habla por si solo. Únicamente por visitarlo merece la pena la escala. Pero hay que ofrecer algo más. Se echa de menos una oferta cultural y comercial específica y unificada , quizás agrupada bajo nueva marca y logotipo, presentados hace dos meses. La llegada de miles de personas a la ciudad cada día es una oportunidad que es preciso aprovechar en toda su extensión.

Así que es mejor confiar en la iniciativa privada. En que los propios empresarios de la ciudad sean capaces de ampliar esa oferta de comercio y ocio que la haga atractiva a los ojos de los visitantes. Ya se han visto algunas campañas específicas que tienen como uno de los grandes objetivos al crucerista. Sin duda, propuestas como la fiesta de ayer, la marca, el logotipo y esas iniciativas marcan el camino correcto.

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