Yolandia
Todo lo malo abunda. Me quedo pues con Yolanda, la que habita Yolandia, una yolandiega más
![Fernando Sicre: Yolandia](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2022/01/31/v/yolaanda-kMCG-diaz-kDPI--1248x698@abc.jpg)
Me apresuro a decir que Yolandia es el país de Yolanda. Yolanda es como Alicia, la del país de las maravillas. Suponiendo que Alicia fuera comunista, describiríamos su país como el pretendido por la agenda globalista 3.0: «no tendremos nada, pero seremos felices». Comunismo ... en estado puro. La propiedad y la libertad son entelequias del credo liberal, incompatibles con el más rancio socialismo. En España la socialdemocracia ha dejado paso al socialismo del siglo XXI y se ha mimetizado con el comunismo. Pues va a ser que Alicia es Yolanda. Es los que ocurre cuando dos comunistas se juntan. Realmente no conozco a Alicia, pero alguna habrá exhibiendo la hoz y el martillo. Todo lo malo abunda. Me quedo pues con Yolanda, la que habita Yolandia, una yolandiega más. Mejor lo malo conocido, que lo bueno por conocer. Éste responde a su gentilicio, lo más parecido a los de Villadiego, donde dije digo, digo Diego. Eso es lo que le ha pasado con su pretendida revolucionaria y derogatoria reforma laboral, que ha pasado a ser unas meras y puntuales modificaciones parciales del articulado del Estatuto de los Trabajadores. A pesar de ello, tendrá efectos perniciosos. Sus aspiraciones terrenales es la del igualitarismo. Básico en los revolucionarios de octubre del 17. Y sus aspiraciones van a ser colmadas sobremanera con sus plurales subidas del SMI.
El empleo es el gran problema de la economía española. Un 14% es inaceptable. El Observatorio Económico de España que elabora el BBVA y el Servicio de Estudios del Banco de España han seguido manteniendo en el tiempo la necesidad de incidir en la reforma laboral de 2012, flexibilizándolo, para que opere como un auténtico mercado de factores. O sea, lo contrario de lo que se ha hecho con el RD-Ley 32/21. Ambos servicios de estudios abogan por corregir problemas estructurales, que hacen ineficiente el funcionamiento del mercado. No contenta con ello, se anuncian sendas subidas del SMI para los años 2022 y 2023. El SMI debe ser analizado considerando nuestro modelo productivo que, es el que es, no el que a los políticos les gustaría que fuera. Además, su análisis no puede dejar fuera del mismo a quienes no lo cobran. Y no lo cobran porque están en el paro . Elevar el SMI como «mera» decisión política, que no de política económica racional, es lo que viene ocurriendo desde 2018. El SMI, además de alterar la cantidad de demanda de trabajo, también altera la cantidad ofrecida. El salario superior al nivel de equilibrio, aumenta la cantidad de trabajo ofrecido y disminuye la cantidad de trabajo demandado. Es decir, generará en los términos dispuestos desde el inicio de la legislatura más desempleo. La izquierda vende la subida como un apriorismo ideológico. Está escrito en el Diario de Sesiones del Congreso. Decía entonces la ministra del PSOE de sanidad en 2018 que, «pretender una sociedad más igualitaria no es un capricho, ni solo un apriorismo ideológico, que lo es y tiene un componente ideológico importante, sino que es un desafío para el país combatir la desigualdad». La misma ministra que tachó a la derecha de haberse instalado en el apriorismo ideológico, cuando defiende sus propios postulados liberales. Una vez más la pretendida superioridad moral de la izquierda. Término polivalente por lo que veo . Sí lo utiliza la izquierda y el mensaje lo requiere, es utilizado asumiendo su concepción positiva. Sí lo utiliza la derecha, su uso es torticero.
Ocurre con el SMI que, en buena parte de España dicha cantidad supera el 60% del salario medio, lo que supera la recomendación de la Carta Social europea. La cantidad pretendida para finalizar la legislatura, la sitúa el gobierno en 1200 €. Eso supondrá igualar desde abajo muchos salarios convencionalmente pactados (peones, especialistas, oficiales terceras y auxiliares administrativos están quedando sin recorrido en la negociación colectiva). De la negociación colectiva se pasará en el futuro próximo, a la determinación de las condiciones de trabajo por el Estado a través de la fijación del SMI . Todo lo cual me lleva a pensar en las añoranzas de la izquierda por el establecimiento de un auténtico mercado regulado. En el fondo y en la forma añoran las Reglamentaciones de trabajo del régimen anterior, por supuesto auspiciada en la más que añorada por muchos (todos aquellos contrarios al funcionamiento del mecanismo de mercado, incluido el del factor trabajo), Ley de Contratos de Trabajo de 1944. Es lo que hay.
Cuando la crisis del 29, Einstein abogó por la necesidad del análisis de sus causas, por la proposición de soluciones y desde luego trabajar duro para salir del atolladero. Pero, también advirtió de la imperiosa necesidad de acabar con la «gran crisis» que reside en la tragedia de no querer enfrentarse a ella para superarla. Ni Alicia ni Yolanda se han enterado que vivimos en el Mercado Interior más grande del mundo, el de la UE.