El pato Sánchez
El presidente emigra de la marisma. Desde el falcon 900B arroja flotadores con cabezas de patos, ánsares y gansos. Son los salvavidas del verano 2020
Los patos son de Doñana. Los ánsares también. Los gansos regresaran con las primeras lluvias otoñales. No los verá Sánchez porque dicen que se ha marchado ya del Palacio de Marismilla. Iván Redondo es un lince. Todo esto se cuece en Doñana.
El Presidente emigra ... de la marisma. Desde el falcon 900B arroja flotadores con cabezas de patos, ánsares y gansos. Son los salvavidas del verano 2020. Dice, que su decisión tardía de confinamiento con la declaración del estado de alarma, salvó 450.000 vidas. Se le olvidó decir, que los matemáticos que calcularon los efectos sanitarios del confinamiento, son los mismos que han resuelto que, de haber tomado la decisión dos semanas antes del 14 de marzo, hubiese supuesto menos de 3.200 muertes. Lo que no habría hecho necesario poner el cartel de muerte por defunción de la economía española. Ahora, vuelve a las andadas volando. A Torrejón en falcon y desde allí a La Moncloa en el eurocopter súper puma. Ha llenado el trayecto de flotadores con su cabeza de pato. Después de haber asumido el mando único y declarado el estado de alarma, acreditando las peores cifras mundiales en gestión sanitaria (más de 50.000 muertos) y gestión económica (tasa de paro que llegarán al 23,6%, y caída del PIB por encima del 20%), ha querido envainar la responsabilidad a las CC.AA. Y una vez más ha quedado acreditado el fracaso del Estado autonómico español. La descoordinación de estas y entre estas y el Estado, hace pensar que hubiera sido deseable haber perdido la Guerra de la Independencia contra Francia. Sí nos fijamos en los datos, la Francia centrípeta, la Italia centrífuga o la Alemania donde los Landers se coordinan entre sí y todos ellos con el gobierno de la República, nos llevan a pensar que en España tenemos dos problemas: los políticos y el diseño autonómico. Hoy más que nunca debiera repensarse el Título VIII de la CE. No es necesario un Estado jacobino, pero sí racional y eficiente.
Este desgraciado verano será tristemente recordado. Don Simon era un tinto en tetrabrik. Ahora es el apellido de un ilustre surfista. Si jugara al golf, sería un golfista de postín.
Nos acordaremos de verdad de este verano. Y precisamente porque es verano, la serpiente multicolor recorre Europa. También España. Los «esforzados de la ruta» debieran subir el Angliru de haber sido otro verano. Desperté de la siesta viendo las noticias y observé una pintada de vuelta ciclista. Obtuso por el sueño «siestero», leí la pintada en el asfalto incandescente de agosto. Pensé que era una pintada de ánimo a los que ahora emulan a Perico, Miguelón o Contador. La misiva decía «coletas rata». ¿Por qué piensa el comunista Iglesias que se referían a él? Hay más coletas en el mercado. Claro que sí. Ramsés Gallego, alias «el coleta», es un rapero de Moratalaz. El otrora ilustre «coleta», Karl Otto Lagerfeld… Pero no, su egocentrismo le lleva a pensar que es él y sólo él. Sí, él, el de las cloacas. El de Dina…Pero, confundido aún en mi despertar de la siesta, intenté reconstruir la noticia. «Rata, cloacas, coletas, carretera, bicicletas, serpiente de verano y Asturias». Llegué a la conclusión que las «bicicletas son para el verano». Vaya, fotogramas de la Guerra Civil invaden mi mente. Lo que me lleva a «la Memoria Histórica». Y esto me conduce como en una bici a K. Marx: «la historia ocurre dos veces: la primera como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa». Eso es precisamente la llamada Memoria histórica de ZP y su apéndice, la Memoria democrática del doctor plagio. Prosigo. En verano, cualquiera que no sea este, la serpiente multicolor guía las bicis. Éste, del que nos acordaremos siempre, son las ratas las que montan el cuadro metálico con ruedas, a juicio de algún pintor de brocha gorda sobre el asfalto. Serán ratas de dos patas. Que se lo digan a Paquita la del Barrio. Pero no, las ratas de dos patas no montan en bici en verano. Eso está reservado para los esforzados de la ruta. Unos héroes. La antítesis del que es merecedor de ser llamado roedor de la especie «muridae». De la familia «rattus», son los que escaparon por las alcantarillas o cloacas de los aledaños de la Generalidad, cuando dieron el Golpe de Estado en el 34. Reptaron por estas para acreditar una vez más su cobardía. Golpe de Estado como el del 34 en Asturias, promovido por la Alianza Obrera de socialistas de la UGT y el PSOE.
El verano da sus últimos «coletazos». Todo en España es un bar. Y en todos se sirven comidas. Nadie cocina en casa, porque si no, nada se entiende. Dice «el coleta» de Moratalaz que «ser macarra es una actitud». No sé qué dirá el «coletas por excelencia» sobre la presunta corrupción en la que vive políticamente. Con seguridad que está desprovisto de aptitud para ser un adecuado político. Nos acordaremos de este verano, de anátidas, ratas, serpientes y una copa de tinto en tetrabrik, para su aderezo.
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