Palmeros y farsantes

El presidente pensará que le ha metido un gol a Europa. A sus más allegados, les dirá que se la ha metido doblada. Pero, el acuerdo tiene letra pequeña

Ni eran naturales de la isla de la Palma, ni acompañan con palmas al ritmo de bulerías y alegrías, constituían el Consejo de ministros en pleno, bajo la batuta del palmero mayor, Iván Redondo. También farsantes. Componen una pandilla de amiguetes que se hacen pasar ... por lo que no son. Cum fraude se aplaudía así mismo, como palmero de los Chunguitos. La tesis, dicen que hecha por terceros y además plagiada, es toda una farsa. Y el acuerdo se lo ha arreglado Merkel. Debe ser que se ha especializado en la subcontratación. Y eso que era una de las instituciones jurídicas laborales, que entraban de lleno en la pretendida derogación de la reforma laboral, que todo indica no va a ser.

Palmero, farsante e inútil. Bolígrafo en mano, sin papel donde tomar notas o exponer su criterio, la Primera ministra finesa le espetó, ¿tú que hiciste? Le recriminó reclamar más ayuda sin aportar nada importante. La socialdemócrata finlandesa Sanna le sugirió que las políticas sociales no son necesariamente extractivas, sino la consecuencia de una eficaz y eficiente gestión del dinero público, por los poderes públicos. Curiosidades de la vida, Merkel, demócrata cristiana, vamos de derechas, catalizó el acuerdo que permitió el auto aplauso en Moncloa en compañía de su chupipandi y progre Consejo de ministros. No contento la progresía ibérica con esos sonoros aplausos, al día siguiente la mitad del Congreso se instituyó en templo del flamenco contemporáneo. Más aplausos. Camarón se arrancó por fandangos desde los cielos. La faraona hizo lo propio desde el mismo lugar, brazos en jarra blandió su cuerpo y arrancó un quiebro. Entre los vivos y desde el Congreso, Lastra comenzó a bailar un corri-corri. Menudo lastre de política, eso sí, terminó con las manos quemadas de tanto aplaudir.

El presidente pensará que le ha metido un gol a Europa. A sus más allegados, les dirá que se la ha metido doblada. Pero, el acuerdo tiene letra pequeña. La UE exigirá como réplica a los fondos otra política económica. España sin duda ha salido beneficiada en una doble dimensión. En primer lugar, financieramente llegarán 92.000 millones, si descontamos la aportación española al presupuesto comunitario. En segundo lugar, la entrega efectiva de los fondos exigirá el cambio drástico de política económica. La vuelta a la ortodoxia económica, fundamento de las políticas económicas de las democracias liberales, deberá volver a hacer acto de presencia en nuestro país. Lo siento por la chupipandi de ministros integrante de esa pandilla de ministros, que practican la solidaridad con el dinero ajeno presente y futuro. Se acabó la ‘revolución’ y el intento de acercarnos en lo político y económico a Venezuela y Argentina. El populismo desaforado, buque insignia de la política gubernamental, inaugurada con los ‘viernes sociales’, tienen el tiempo contado. La concesión de las ayudas, es un rescate en toda regla. Los frugales, muchos de ellos socialdemócratas, fiscalizaran por respeto a sus ciudadanos, la marcha de la economía española y las medidas adoptadas para enderezar su rumbo. Y lo que es más importante, que les permita recuperar el dinero prestado. Lo que es de sentido común y tener en muy alta estima a sus conciudadanos votantes. Opino que la condicionalidad es una buena noticia. Contra mayor, mejor. A los ‘Picapiedras’ hay que atarlos corto. No me fío de Pedro ni de Pablo. De Dina tampoco.

El Gobierno tendrá en breve que comenzar a desdecirse ¿Qué dirán entonces Podemos y los sindicatos? Les diré lo que intuyo se va a pasar. Nada de derogar la reforma laboral, si acaso un leve retoque sobre la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y la recuperación de la ultra actividad del convenio. El sistema de pensiones, acelerará la entrada en vigor del factor de sostenibilidad pospuesto para 2023 y aplicará el índice de revalorización como estaba inicialmente contemplado. Se acelerarán las subidas de impuestos, tanto directos como indirectos, con importante incidencia en el IVA. Todo ello en la búsqueda de la senda de la estabilidad presupuestaria. A colación con esto, se exigirá un plan ‘realista’ de estabilidad presupuestaria. Debiera exigírsele la bajada del gasto público. Éste se incrementó desde 2015, cuando crecíamos, incorporando un mayor volumen de gasto, que se hizo estructural y que con la caída del crecimiento y de la consiguiente recaudación lo hacen insostenible.

Hasta hoy y desde mediados de 2018, el Gobierno ha tratado simplemente de mantenerse en el poder, como objetivo prioritario del Presidente. Han utilizado las instituciones en su propio beneficio, extensible a todo el movimiento ideológico de la izquierda. Cuando la mitad de la ciudadanía es de derechas. Sólo pueden ser calificadas como «élites extractivas», que pretenden su propio beneficio, sin importarle el de la generalidad. El bien común es confundido con el bien propio. El interés general es para ellos una entelequia. La generación de riqueza como beneficio colectivo de la ciudadanía queda postergado. Acaban construyendo relaciones parasitarias cuya finalidad es el bien particular. Pues bien, desde Europa Pedro y Pablo van a padecer un férreo marcaje. El de la finesa Sanna y el neerlandés Rutte. De izquierda y de derecha respectivamente. Gracias a ambos, a la izquierda y derecha sensatas.

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