Lucecitas de colores

La Junta ideó el sistema para disponer de fondos sin control previo, ni posterior y poder repartirlos a su libre albedrío

Fernando Sicre

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Los informes de la Guardia Civil, las resoluciones de los fiscales y los autos de la juez, justificaban sobremanera el cambio de denominación del «caso». Cosa de uno o dos golfos, tal y como todo comenzó, pasó a cuatro, así lo denominó la que en ... su día fuera consejera de Presidencia y de pronto adquirió la dimensión que el importe de lo defraudado exigía, cuestión de una «organización criminal». Organización criminal institucionalizada. La Junta hizo imposible para su diseño, creando la partida 31-L. La creó auspiciada en una Ley de Presupuestos, contemplándola en las sucesivas. Es decir, cantidades provenientes de los propios presupuestos autonómicos eran desviados al presupuesto de una «agencia», para quedar fuera de la órbita del Derecho Administrativo, sus controles y fiscalización. El propio Interventor General lo advirtió de forma reiterativa. Este caso de corrupción institucionalizada ha sido baluarte fundamental de la pervivencia de un Régimen, que se hubiera tambaleado y caído, sin la posibilidad de compra de todo aquello que se dejaba vender. La Junta ideó el sistema para disponer de fondos sin control previo, ni posterior y poder repartirlos a su libre albedrío.

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