Lenguaje, política y políticos
Habría que exigir a los políticos españoles una lectura pormenorizada del voto particular del Juez Holmes en la Sentencia de 1919
Con ocasión de la apertura de la Cámara de los Comunes del Reino Unido en 1787, Burke pronunció su discurso manifestando que había tres poderes en el parlamento y que el cuarto se encontraba en su tribuna, representado en la prensa. La información es poder ... y Napoleón lo entendió así: un instrumento a su servicio para alcanzar el poder. Por eso dijo: “la libertad de prensa debe estar en manos del gobierno, la prensa debe ser un poderoso auxiliar para hacer llegar a todos los rincones del Imperio las sanas doctrinas y los buenos principios ”. El informe del Departamento de Estado de la Casa Blanca con Biden como Presidente, advierte de los ataques de altos cargos del Gobierno español a determinados medios de comunicación y periodistas concretos. Esos políticos españoles según el informe estadounidense son “el doctor honoris fraude”, el de los diferentes moños y “Echeminga dominga”. Sigue diciendo el informe que “los ataques tienen la finalidad de desacreditar a la prensa para así demoler su función de contrapoder y arrastrar con ella a la propia democracia”. A colación con ello, la Asociación de la Prensa de Madrid ha manifestado “la desacreditación de la prensa para así demoler su función como contrapoder y arrastrar con ella la propia democracia”.
La política como actividad social se lleva a cabo a través del lenguaje. El lenguaje emplea la palabra para la representación de las cosas, incluyendo las ideas . Las palabras no solamente reflejan las realidades de nuestro entorno, sino que tienden a configurar lo que vemos, amén de estructurar nuestra actitud hacia ello. De ahí que se diga que las palabras ayudan a crear el mundo. Por eso, cuando en política se valen del lenguaje para manipular y confundir, nos encontramos ante la desviación de poder, la arbitrariedad y la corrupción. De donde podemos intuir que el lenguaje no es un simple medio de comunicación, es un arma política. Se amolda y se retuerce para transmitir una intencionalidad política. El lenguaje empleado por ciertos políticos, sobre todo los profesionales de la política, suponen la conversión del eufemismo en un arte de la expresión hablada. Es el lenguaje del ministerio de la verdad de Orwell, que declaraba que la guerra es la paz, la libertad la esclavitud y la ignorancia la fortaleza. Sí tenemos en cuenta que al “doctor no sé de qué Sánchez” lo persiguen sus tres jinetes del apocalipsis: muertes, parados y propietarios de toda índole, lo que se diga y lo que se escriba por los medios de comunicación, será determinante para mantenerse en el poder. Su objetivo no es que España funcione como una auténtica democracia liberal en una economía de mercado, sino ganar las próximas elecciones para seguir ahí .
Las democracias liberales con economía capitalista representan la opción de mayor garantía en el respeto de los derechos políticos y sociales y de mayor bienestar económica jamás conocido. Pues bien, esto es lo que el execrable gobierno que nos desgobierna quiere cargarse. Expresarse con libertad es un requisito fundamental de una sociedad libre. La libertad como concepto es atacado hoy en España por el propio gobierno. Hace poco el comunista galapagueño con aspiraciones a marqués y “dueño de Vallecas como territorio feudal con derecho de pernada”, manifestó en el Congreso que era preciso crear dispositivos de control a los medios de comunicación, porque estos constituyen un poder empresarial concentrados en pocas manos: bancos, grandes empresas y fondos de inversión. Desde luego sin rubor y sin inmutarse en su condición de Vicepresidente, sin prisas, pero con PRISA en la mente, lo estaba radiografiando, composición y estructura del capital “impuesta” por la otrora Vice presidenta popular “exigiendo” la capitalización de una deuda de una empresa en quiebra…Habría que exigir a los políticos españoles una lectura pormenorizada del voto particular del Juez Holmes en la Sentencia de 1919 (caso Abrams vs United States),en la que concluía diciendo que, la mejor fórmula para acercarnos a la verdad es el libre comercio de ideas en un marco competitivo. Por eso debemos defender con ahínco la democracia liberal en una economía de mercado. He dicho.
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