OPINIÓN

Del Jordán al Manzanares

Por tierra, en forma de manifestaciones. Por aire, desde el Falcon de cum fraude. Por mar, más bien por el río, con tetrabrik Don Simón vestido con neopreno, en plan comando

Foto de la reunión entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. EFE

Dos ríos. Un hombre y una mujer. Conversaciones de paz al más alto nivel. La España centrifugada de las autonomías, entran de lleno en el Derecho internacional. El presidente y la presidenta han firmado la paz. Para firmar la paz hay que estar en guerra. ... Una guerra que ha dejado más de 50.000 muertos de momento y la ruina de todo un país . Suma y sigue. Son los efectos directos de la contienda. En Madrid, ha vuelto la Conferencia de paz. En 1991 existió una tentativa por parte de la comunidad internacional de empezar un proceso de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, Siria, Líbano y Jordania. Ideada por el gobierno de España, el mismo que ha decidido su participación actual, después de implorar la otra parte, de la necesidad de atacar al virus conjuntamente y no atacarse. Aquella duró tres días, esta una hora. Banderas y más banderas. Un espectacular aparato propagandístico. No sé para qué. La propaganda al servicio de nada.

Entonces, Hamas atacaba con sus cohetes las ciudades judías vecinas desde que sus soldados abandonaron Gaza, cuando el Estado de Israel decidió desmantelar ciertos asentamientos. Hamas nunca aceptó la existencia del Estado de Israel. La crítica a Israel es lo fácil, lo políticamente correcto, lo que expía las almas de los progres occidentales. El gran problema de partida es la pretendida y supuesta equivalencia moral, para algunos, entre Hamas e Israel. Ahora, el ataque a la Comunidad de Madrid es total. Por tierra, en forma de manifestaciones. Por aire, desde el Falcon de cum fraude. Por mar, más bien por el río, con tetrabrik Don Simón vestido con neopreno, en plan comando. Los ríos han vuelto a ser el punto de unión de dos territorios llenos de odio y rencor. El Jordán, bajando las aguas heladas de los glaciares de los Altos del Golán. El Manzanares, desde el Guadarrama. Cuando el agua llega a la zona de conflicto, unas vienen con un progresivo aumento de la salinidad. Las otras, sirven para beber en su zona alta. Cuando llegan a Madrid, nada que ver con las del Mar Muerto. Entre otras, es una diferencia sustancial.

El acto propagandístico tuvo lugar en la antigua Casa de Correos. Sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Lugar emblemático de Madrid y España, desde 1950 el denominado Kilómetro Cero de todas las radiales que allí comienzan. La parafernalia desplegada para el peculiar acontecimiento, sólo era comparable, con el que se hubiera dispuesto para agasajar a un Jefe de Estado extranjero en una cumbre de paz. La ocasión quizás lo exigía. Muertos por doquier y españoles que no se entienden. La izquierda y la derecha española, pertenecen a países distintos. La Puerta del Sol se convirtió en un gran teatro que es el escenario internacional. La diplomacia, el protocolo y las buenas formas y costumbres brillaron por su ausencia. El doctor plagio caminando por delante de la presidenta Dª Isabel. En ese gran teatro que es el Mundo, muchos de sus relevantes actores van a ser sustituidos por actrices, que, a lo mejor, eso espero yo, también cambian la escena para representar en ese escenario los dramas de la antigua Grecia, cuando las mujeres eran concebidas como enemigas de la guerra. La comedia escrita por Aristófane en el Siglo V a.C, recrea un plan para terminar con la guerra que devastaba en la época Atenas. Lysistrata, personaje femenino de la obra convence a todas las griegas para que ayunen de los placeres del sexo con sus maridos, hasta que estos se comprometan a firmar y vivir en paz. Todo ello me lleva a pensar en una especial predisposición de las mujeres a arreglar conflictos endémicos y enquistados.

Lógicamente habrá que empezar por pretender que, en los países árabes las mujeres tengan capacidad propia de decisión, sean auténticos sujetos de derechos como lo son los hombres. En España no tenemos ese problema, en Israel tampoco. Es una democracia en medio de la insensatez del medievo. A esa cruzada de verdad, debiera haber empleado ZP sus esfuerzos internacionales, en lugar de chorradas como la Alianza de las Civilizaciones que, aún no sé para que sirvió. Buenísmo y humo. Ahora, en Madrid, en la ribera del Manzanares, el Presidente ejerció la diplomacia, dentro de su territorio, utilizando la técnica del “deeply concerned” o “profundamente preocupada” , con la que muchos mandamases despachan los conflictos, sin adoptar responsabilidad alguna en su solución real. En España no cabe un tonto más. Las cumbres bilaterales de paz dentro del propio territorio nacional, es lo último que quedaba por ver. Y, mientras tanto, vamos camino de hacer de esta segunda ola, la primera. La que surfeó un tal Simón, de cuyo nombre no quiero ni acordarme.

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