La ‘jiga’ de Pedro y la otra de Antonio

Tengo que decir que me estremeció la noticia del ‘hackeo’. Tanto que, dado mis escasos conocimientos en informática, me dirigí al diccionario a informarme sobre esas capacidades de medidas. Como ‘giga’ es femenina, busqué con ahínco el masculino. Acababa de leer en la prensa una retahíla de chorradas a las que nos tienen acostumbradas las feministas de tercera y cuarta generación. Lo peor es que todas son ministras del gobierno: débiles y «débilas»; autoridades, «autoridadas y autoridades»; «fuerzos y cuerpas» de seguridad del Estado; «portavoces y portavozas»; todas, todos y «todes», solos, solas y «soles». Esta majadería la inventó la mujer del Sr. X en el pleistoceno político de la Transición, para llegar luego en la protohistoria Bibiana, con los miembros y «miembras». Les adelanto la complejidad de la búsqueda. No aparece el concepto «gigo». Así es que me ha llevado a pensar que deber ser «jigo». Tampoco aparece. En «Cordobapedia» aparece «higo». Dice que, «pronunciando la letra hache aspirada, puede referirse a la fruta llamada higo, pero se emplea vulgar y malsonantemente para referirse al órgano sexual femenino»: «jigo». Ahora hagan un pequeño, solo un pequeñito esfuerzo de imaginación y observen las posibilidades que nos da el léxico español para apuntillar con rotundidad una situación: «me vas a tocar el…», «no me sale del…», no «jinques» el…en el banco que hay que irse». Lo que da de sí la aspiración de una «h». Por cierto, mi aprecio y admiración para las feministas de la primera y segunda ola , Mary Wollstonecraft, Helen Taylor, Betty Friedan y Gloria Steinem que, además de su incesante lucha por la igualdad como debe ser y que lo es en España con el artículo 14 CE, eran magnificas escritoras y nunca osarían a decir majaderías de las que dicen algunas de las que representan la tercera y cuarta ola.

Así es que Antonio dispone de 1 giga para selfies, Pedro de 1,6 gigas y 120 megas para sus títulos académicos. «Snchz», tenedor del móvil de ambos, supongo que lo llevará en el bolsillo de la chaqueta. Cerca de su corazón, a la izquierda por su puesto, lugar de la generosidad con el dinero ajeno. Dicho por alguna de sus ministras, todos y todas son «jigos» y gigas. El corazón y el sexo equidistantes y cercanos . El sueño ilustrado de un mundo tolerante…en el lenguaje desde luego, ha terminado por transformar la gramática, la sintaxis y la semántica hasta imposibilitar su uso para entenderse, porque tanto lenguaje inclusivo, impide el correcto entendimiento. A colación con esto, Burke advirtió la imperfección intelectual de los seres humanos, especialmente cuando se enfrentan a la complejidad de la vida social, sobre todo como estas ministras que, pretenden hacerla todavía más complicada, alterando la forma que tenemos para comunicarnos. Las revoluciones son viajes hacia lo desconocido. Los seres humanos se mueven por impulsos de apetitos no racionales, por una parte, el deseo y, sobre todo, el ejercer el poder sobre otros. Sí, la pretensión es que todos comulguemos con ruedas de molinos y terminemos incomunicados, porque a más de uno y una se le ha puesto en donde todos ustedes se estarán imaginando. Si han perdido la memoria, coman pasas mientas compran brevas y seguro que aciertan y recobran la memoria.

Me he quedado sin espacio. Mi pretensión era desmenuzar la Ley 11/2002 , reguladora del Centro Nacional de Inteligencia. Un par de cosas. El CNI depende fundamentalmente del presidente del Gobierno. El juez ha autorizado sus actuaciones. Se adscribe orgánicamente al Ministerio de Defensa. Además, el artículo 8 CE dice que las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Yo creo que se quedaron corto en sus actuaciones ante los delincuentes golpistas y otros que lo apoyaban, para cumplir fidedignamente su cometido.

Termino como comencé. Recurriendo al diccionario y resolviendo un entuerto de la naturaleza: las brevas son higos del año anterior que no llegaron a madurar como consecuencia del frío y se cosechan entre los meses de junio y julio. Por su parte, los higos se recogen entre agosto y septiembre. Vaya verano nos queda.