Iconoclastas e iconódulos
Un gran momento iconoclasta en Europa digno de mención fue la Revolución Francesa
La iconoclasia es la doctrina que ejercen aquellos que rechazan el culto a las imágenes. Tiene lugar en la alta Edad Media, en pleno siglo VIII. Aparecen entonces dos bandos: los iconoclastas y los iconódulos, estos últimos defensores del uso y producción de las imágenes. ... Desde entonces se distinguió a colación con la barbarie contra las imágenes, entre aquellas destrucciones que forman parte del patrimonio cultural de una nación o grupo político, social o religioso, y el debate en torno a la posibilidad de representar iconos, específicamente, de naturaleza religiosa o sagrada. Esto último paró pasado el siglo IX, lo otro no. Un gran momento iconoclasta en Europa digno de mención fue la Revolución Francesa. En este período se intentó acabar con toda imagen que recordara la dominación y perversión del Antiguo Régimen y que debían ser destruidas y aquellas formaban parte del patrimonio de la humanidad y eran dignas de preservación. Otro ejemplo digno de mención, el desgarro con un cuchillo de la obra de Velázquez, la Venus de Rokeby, realizado en 1914 por Mary Richardson, y motivado según la propia autora como protesta al encarcelamiento de la feminista Emmanuele Pankhurst. El cuchillo mutiló la espalda y tafanario de la bella de Rokeby. Luchas religiosas llevadas al corazón de los concilios de la época, pasando por decisiones revolucionarias de aquellos exaltados que destruían imágenes y guillotinaban a los infieles revolucionarios, hasta que la mera individualidad se apodera de la ira personal, que decide pinchar el “culete” de Venus desnudas. La historia se repite una vez más. Sólo el islam ha salido bien parado de todo este problema, porque se caracteriza por ser inherentemente iconoclasta y medieval. Quizás por eso, el alcalde Cadiz acude a alguna mezquita al finalizar el ramadán. A lo mejor lo hace para “jartase” de comer finalizado el ayuno. Lo digo por la foto exhibida el otro día en internet, sentado en una mesa de un bar de la capital gaditana, resaltando tafanario. Quizás, resultado de las pasadas ingestas después del ayuno de los otros, donde todos, incluidos el que se solidariza con los ayunantes, engullen todo lo que se pone en la mesa a base de pescado, carne de cordero o pollo, humus, garbanzos, porotos y lentejas. Su retranca es solo comparable al de la bella de Rokeby.
Hace semanas se reavivó en el mundo el espíritu iconoclasta. Monumentos históricos, artísticos, políticos, fundamentalmente estatuas esparcidas por las calles de todo el orbe, fueron arrasadas. Su destruición fue decidida sumarísimamente por comités representativos de la progresía terrícola. Hasta España llegó la ira encolerizada de semejantes imbéciles, que decidieron la condena en Baleares, su tierra natal, de Fray Junípero, que sólo se atrevieron a pintar de rojo, jaleado por la representante de Podemos en las islas baleares. Colón, Pizarro y otros conquistadores corrieron peor surte en EE. UU.
En España la Ley de la Memoria histórica, institucionaliza la retirada o destrucción de todo aquello que, los gobernantes del momento en el que se adopta la decisión, deciden cambiar el paisaje urbano y olvidar la historia. Ahora quieren reescribir la historia que va desde 1936 hasta 1975. Se oponen a comenzar el relato desde 1933. Curioso, ¿verdad? Se han escrito miles de libros desde 1931 a 1975 y cada uno debe sacar sus propias conclusiones. No acepto que una comisión me diga lo que tengo que pensar. A colación con todo esto, el año pasado el Parlamento europeo aprobó una resolución (2019/2819 RSP) en donde se condena expresamente los horribles crímenes cometidos por los comunistas y los nazis en toda Europa sin excepción e insta a los gobiernos de los países miembros, para que se haga una evaluación clara de los crímenes y los actos de agresión perpetrados por ambos regímenes. La resolución se produce en el aniversario del Tratado internacional entre Ribbentrop y Molotov, esto es, entre los nazis y los comunistas para repartirse Polonia en 1939. Entre otras cosas porque ninguna ideología ha matado tanto como el comunismo. Del que son herederos la izquierda española. Toda ella, sin excepciones, después del abandono del credo socialdemócrata y el abrazo al socialismo del siglo XXI.
En mi condición de iconódulo ¿Cuáles son las imágenes más recientes pasadas por mi retina?: quizás las puedo sintetizar en las cloacas del Estado. Grabado tengo, el relato del delincuente Company reptando por las alcantarillas aledañas a la Generalidad. Desde entonces las cloacas son transitadas por ratas de dos y cuatro patas. Que se lo digan al “coletas”, experto en cloacas contemporáneas. Irremediablemente me lleva a tatarear la canción de Paquita la del barrio y su rata de dos patas. El “colector” de todas las cloacas hispanas, “Pîllarejo”. Y sus incondicionales, el prevaricador Garzón y la que bebe de su copa, la Fiscal General. Son imágenes que no consigo borrar y que envenenan mi sangre cuando pienso en el Estado, el que yo quisiera que fuera de todos los españoles. A la célebre frase sucia por las cloacas, “información vaginal, éxito asegurado”, se le añade otra más reciente en emerger de las cloacas, la información “trasvaginal”, que se encuentra “en medio”, diferenciándose de la que queda en la retranca, transvaginal, sobre la que desconozco sí ha sido registrada su “copy right”, por esta izquierda sorprendente. Las cosas evolucionan, Tejero lo llamaba coño y la izquierda vagina y aledaños. En romaní, me dijo un buen amigo lo denominan “mogollón”.
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