Iconoclastas e iconódulos

Un gran momento iconoclasta en Europa digno de mención fue la Revolución Francesa

Fernando Sicre

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La iconoclasia es la doctrina que ejercen aquellos que rechazan el culto a las imágenes. Tiene lugar en la alta Edad Media, en pleno siglo VIII. Aparecen entonces dos bandos: los iconoclastas y los iconódulos, estos últimos defensores del uso y producción de las imágenes. ... Desde entonces se distinguió a colación con la barbarie contra las imágenes, entre aquellas destrucciones que forman parte del patrimonio cultural de una nación o grupo político, social o religioso, y el debate en torno a la posibilidad de representar iconos, específicamente, de naturaleza religiosa o sagrada. Esto último paró pasado el siglo IX, lo otro no. Un gran momento iconoclasta en Europa digno de mención fue la Revolución Francesa. En este período se intentó acabar con toda imagen que recordara la dominación y perversión del Antiguo Régimen y que debían ser destruidas y aquellas formaban parte del patrimonio de la humanidad y eran dignas de preservación. Otro ejemplo digno de mención, el desgarro con un cuchillo de la obra de Velázquez, la Venus de Rokeby, realizado en 1914 por Mary Richardson, y motivado según la propia autora como protesta al encarcelamiento de la feminista Emmanuele Pankhurst. El cuchillo mutiló la espalda y tafanario de la bella de Rokeby. Luchas religiosas llevadas al corazón de los concilios de la época, pasando por decisiones revolucionarias de aquellos exaltados que destruían imágenes y guillotinaban a los infieles revolucionarios, hasta que la mera individualidad se apodera de la ira personal, que decide pinchar el “culete” de Venus desnudas. La historia se repite una vez más. Sólo el islam ha salido bien parado de todo este problema, porque se caracteriza por ser inherentemente iconoclasta y medieval. Quizás por eso, el alcalde Cadiz acude a alguna mezquita al finalizar el ramadán. A lo mejor lo hace para “jartase” de comer finalizado el ayuno. Lo digo por la foto exhibida el otro día en internet, sentado en una mesa de un bar de la capital gaditana, resaltando tafanario. Quizás, resultado de las pasadas ingestas después del ayuno de los otros, donde todos, incluidos el que se solidariza con los ayunantes, engullen todo lo que se pone en la mesa a base de pescado, carne de cordero o pollo, humus, garbanzos, porotos y lentejas. Su retranca es solo comparable al de la bella de Rokeby.

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