Humillados y vejados a nivel

Hoy, España es humillada y vejada por todos aquellos que no la quieren. Todo lo contrario de aquellos «humillados» que juramentaban por Dios y su Rey

España es lugar común de humilladeros. Lugar devoto que suele haber a las entradas o salidas de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o imagen. Los caballeros de entonces, época de la reconquista, humillados rodilla en tierra, hacían juramento de fidelidad. ... Hoy, España es humillada y vejada por todos aquellos que no la quieren. Todo lo contrario de aquellos «humillados» que juramentaban por Dios y su Rey. La penúltima humillación, la que tocó la semana pasada y el anuncio de la España multinivel. Humillados a nivel.

Orwell, en la ‘Rebelión en la Granja’, escribió una sátira contra la revolución soviética, después de la experiencia que tuvo tras alistarse en la Guerra Civil española, como miliciano del POUM (partido obrero de unificación marxista) de orientación trotskista. Su experiencia guerra civilista, le hizo convertirse en un duro crítico contra el PCE, al que acusó entre otras cosas, estar controlado por los soviéticos y de utilizar la mentira como instrumento de propaganda. La trama de su novela, relata la sublevación de los animales de una granja que se sublevan contra el dueño y toman el poder. Adoptan una constitución cuyo principal principio dispone que «todos los animales son iguales». Con el tiempo los cerdos toman el poder y uno de ellos se convierte en dictador. El principio democrático de la igualdad es reinterpretado: «todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros». La opresión, el maltrato, las vejaciones y la humillación vuelven a la granja. Los dueños de la granja sellan un pacto con los de otras granjas. Los cerdos de la primera (antes explotados, ahora explotadores) y los hombres del resto, siempre explotadores, se confunden. «Cum fraude» pretende hacer de España una granja a su manera, multinivel, para saciar la insaciabilidad nacionalista. Los cerdos y los hombres se confunden. Los hombres somos más parecido. Los cerdos no. Dada la semejanza, terminaremos los del sur hechos unos 5 J. Los del norte y nordeste vulgares cerdos blancos.

La España multinivel se asienta ahora en las peticiones del nacionalismo catalán de impunidad. En el fondo es la vuelta a la era de Pujol, donde ese pequeño gran estafador se oponía a la igualdad real de todos los españoles. No son los territorios los detentadores de derechos, si no los ciudadanos. Los nacionalistas están empeñados en darnos por la baticola y cambiar el curso natural de la historia. La gobernanza multinivel comienza con la cooperación internacional a través de organizaciones internacionales tradicionales, en aquellos asuntos que rigen la acción del Estado en ámbitos específicos como la navegación, las inversiones, el comercio y los derechos humanos. Las formas más genuinas de dicha gobernanza, residen en aquellos lugares donde las sociedades están más interconectadas y los gobiernos cooperan estrechamente. Es entonces cuando la fuerza de los hechos y las situaciones exigen supuestos de gobernanza supranacional. Y el ejemplo paradigmático de ello es la UE. Es decir, la globalización y la internacionalización de la vida en general, han traído esta forma de hacer política y diseñar ciertas instituciones que lo favorezcan.

El enfoque de la gobernanza multinivel ha sido diseñado en principio para supuestos supranacionales. Para los casos interiores, están pensados los casos de los Estado federales o de las autonomías, que lógicamente son formas de gobiernos en diferentes niveles de administración. El doctor plagio pretende seguir enredando. Los separatistas catalanes le han advertido que sus pretensiones quedan circunscritas a la independencia, lo que es imposible jurídicamente, dado que la soberanía reside en el pueblo español en su conjunto. Como a la izquierda los obstáculos legales les molestan sobremanera, hacer política para ellos consiste en sacar la chequera y pagar a los separatistas, a costa del resto de españoles. Negociar y dialogar para los nacionalistas, consiste en terminar pagando el Estado. De momento, el PNV ha accedido comparecer en ese invento de reunión de presidentes, previa cesión de varios impuestos que, supondrán engrosar los ingresos públicos en el territorio vasco. A sabiendas que el cálculo del cupo vasco es incorrecto e inventado, permitiendo un superávit de financiación a costa del Estado español. El reparto de fondos europeos mejorará a Cataluña en detrimento del resto. La izquierda española, con sus intereses en alcanzar el poder al precio que sea, renuncia a un principio fundador de todas las izquierdas que se precien: la igualdad. Los PGE no merecen una nueva humillación del Estado y la vejación de la nación española. Alegar a los derechos históricos es una soberana gilipollez. Sí así fuere, Cádiz ciudad más antigua de occidente, sería acreedora de las mayores cotas de financiación pública. La dinámica emprendida por el Estado contentando a los separatistas de todo pelaje con prebendad de todo tipo, sólo terminará impidiendo el ejercicio de la soberanía al Estado, sumido en la quiebra más que previsible.

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