Hasta los/las mismísimos/as y hasta la/el misma/o
Tanto palito y tanta leche, he terminado por hacerme «la picha un lío»

Tanto palito y tanta leche, he terminado por hacerme «la picha un lío». Género masculino aludiendo órgano sexual masculino en forma de palabra femenina . Me pregunto, ¿por qué cuando nos referimos a algo que es divertido decimos que es la «polla» ... y cuando algo nos resulta aburrido decimos que es un «coñazo»? ¿Por qué usamos habitualmente palabras de forma femenina, para los atributos masculinos e inversamente...? ¿Por qué coño y coñazo son masculinos si el órgano es femenino? Tener que escribir sobre la actualidad, me obliga a escribir sobre imbecilidades y gilipolleces. Algunos políticos son expertos en ello.
Todo esto comienza con el inefable «asesor» del narco régimen bolivariano ZP y toda su cohorte feminista, cuando accedió al Gobierno en 2004 y se puso como objetivo finiquitar España lo antes posible. En una más de sus estrambóticas e irracionales decisiones, nombró ministra a Leire Pajín. Todo un «pajín mental». Decía la susodicha, que para profundizar más en los problemas económicos que atravesaba España, en medio de la vorágine de la crisis, señaló indignada que «si me permitís la expresión, el PIB es masculino, es claramente masculino, y por tanto el cambio estará en el momento en que las decisiones importantes estén tomadas también por las mujeres».
Todo es un despropósito. Escuchando el otro día soflamas del feminismo dogmático, me hicieron pensar en los escritos de Jenny Chapman, cuando aludía al debate sobre la sexualidad. Decía que se llegó a producir una reivindicación de lesbianismo político, según la cual la heterosexualidad era un «constructo» de la cultura dominante, concebido para mantener el sometimiento de la mujer. Toda relación sexual con un hombre era una manifestación de la política masculina y aquellas mujeres que fueran «culpables de acostarse con el enemigo», no podían ser consideradas feministas. El lesbianismo o el celibato eran las únicas posibilidades (Segal 1994). Sólo hay que escuchar las sandeces de algunas de las integrantes del Ministerio de Igualdad, para ver que lo que digo, ya lo tenemos aquí. He escuchado tantas cosas, que decidí leer a Camila Paglia. Atea, lesbiana y defensora radical de la libertad de expresión. Pionera del feminismo USA. Ha dicho que el «MeToo» (detonante de la ola feminista en la que nos vemos envuelto), se ha vuelto un mecanismo estalinista. «la discriminación positiva es paternalista, condescendiente y daña a los grupos que quiere proteger». Mantiene que el feminismo intransigente, ha adoptado la posición de guardianes de la corrección política. Y, o estas con ellas, o estás contra ellas. De ahí, que sea «peligroso» para todos los políticamente correctos, manifestarse en contra del espíritu, fondo y forma de la Ley de Violencia de Género. Solo tres países han adoptado postulados similares. No todos los demás países van a estar equivocados. No sólo es mejorable, si no que debiera ser reelaborada en su integridad. Es un atentado al Estado de derecho, basado en la igualdad, amén de un flagrante atentado al credo liberal (igualdad de todos ante la Ley), imperante en toda la órbita de países occidentales, donde hasta ahora ha estado siempre España. Lo digo yo, y también lo dijo Alfonso Guerra. Y presumo que muchos más de los que los políticos creen.
Un cuarto y mitad del Gobierno es bolivariano y el otro medio y mitad, seguidores para desgracia de muchos de los postulados impuesto por ZP antaño, y la unidad que ellos conforman en forma de Gobierno, defensores del régimen tiránico-totalitario de Maduro. Los acontecimientos ocurridos en las últimas horas, con el desvergonzado Abalos, no dejan lugar a dudas en donde está ese todo gubernamental. Pues bien, retomando la lengua, la Vicepresidenta del Gobierno encargó a la RAE un informe que le ha desagradado, porque ha dicho que la redacción de la Constitución es acorde al sentir general de la comunidad hispanohablante y al uso del idioma en la práctica. Seguro que la referencia de lenguaje inclusivo, con el que se derriten, como les gusta calificar a la progresía hispana, era la Constitución bolivariana de Venezuela, cuyo artículo 41 dice a modo de ejemplo: «Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento…podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Magistrados o Magistradas del TS, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora General, Contralor o Contralora General, …
Me quedo con los palitos, aunque todavía no he desecho el entuerto. La sigo teniendo hecho un lío. Es mía y se apellida en femenino. Vaya lío.