OPINIÓN
Fresas, fresones y frutos rojos
Un año más asistimos atónitos al espectáculo de solicitar la venida de 10.000 trabajadores extranjeros agrícolas para la recogida de los preciados frutos, una vez comience la cuaresma

Un año más asistimos atónitos al espectáculo de solicitar la venida de 10.000 trabajadores extranjeros agrícolas para la recogida de los preciados frutos, una vez comience la cuaresma. En Huelva hay 11.000 trabajadores eventuales agrícolas que perciben con regularidad el subsidio agrario y ... son demandantes de empleo para las obras del AEPSA (antiguo PER). Algo más de 800 han sido reclutados por el Servicio de Empleo de los 10.000 solicitados. Las distorsiones en el mercado, por una regulación normativa inadecuada y unos servicios de empleo inoperantes, son males que vienen de antaño. Comenzó la historia del inframundo subvencionado, en época inmemorial. Posiblemente los faraones egipcios asesoraron a sus precursores. Corría el año 1971 y se implantaba el Plan de Empleo Comunitario. El llamado Empleo comunitario está en la memoria de los pueblos, asociada a decenas de jornaleros trabajando en las cunetas de las carreteras. Eso también es memoria histórica por dos motivos, por ser un momento pasado y por el lugar, las cunetas. Los gobernadores civiles repartían discrecionalmente, según el nivel de tensión reivindicativo en los pueblos. En 1984 se introdujo el subsidio de desempleo agrario y el Plan de Empleo Rural (PER). Con esta reforma el PSOE se aseguraba, en la mayoría de los municipios andaluces, la continuidad. Nacía «la PSOE SA».
El Gobierno de entonces (PSOE) se planteó cómo justificar el tránsito del cambio del PEC al PER. Se pretendía modificar los fundamentos de la existencia del Empleo Comunitario, basada en gasto improductivo a otro, destinado a crear riqueza y a equiparar a los desempleados eventuales agrarios con los del régimen general. Así nació el PER. Éste se asentaba en un triple mecanismo: subsidio asistencial más amplio, fondo de empleo rural y plan de formación profesional. En realidad, los fondos atribuidos al PER, son políticas activas de empleo que, generando gastos e inversiones en los territorios de Andalucía y Extremadura, hoy extendido a otras zonas deprimidas del agro español, han posibilitado incrementar en el fondo y en la forma los presupuestos municipales, desarrollándose obras en infraestructuras y gastos de toda índole, como es la propia limpieza viaria, cuya realización es ejecutada por trabajadores eventuales agrarios, que son dados de alta en el Régimen General de la Seguridad Social, pero que permiten ser acreditadas, como carencia lucrada, para el cobro del subsidio agrario.
Es decir, trabajando en otros sectores que suponen el alta en el Régimen General, se consideran a todos los efectos como si fuera trabajo ejecutado en el campo. En resumen, el trabajador cobra un salario con cargo al PER (política activa de empleo) y ello le permite el cobro del subsidio agrario. Quizás por eso, el sur no es territorio de la España vaciada. Lo que es insolidario con el resto de territorios.
La llegada del PP al gobierno en 1996, supuso otro cambio e intento de lavado de imagen de la situación. Se creaba el AEPSA. Pero, la mecánica de funcionamiento siguió siendo la misma. En la provincia del Tinto y el Odiel, son beneficiarios del subsidio agrario y de la renta agraria más de 11.000 personas. Algo más de 800 lugareños de la marisma, han acudido a la oferta del Servicio de Empleo. El resto extranjeros contratados en origen, recogerá la fresa, que, por ser la primera en ser recogida, marcará el precio del mercado de Hamburgo.
Los que justifican lo injustificable, o sea, que se queden en casa desempleados habiendo trabajo de similares características por las que aparecen inscritos como demandantes de empleo, amén del percibo del subsidio de desempleo, lo hacen aludiendo al importe del salario cobrado. El convenio lo fija en 47,59 € día efectivo y la prestación de desempleo asciende a 1047 €. Lo que no incentiva el trabajo. El mercado entra en colisión con la prestación. A lo que hay que añadir una absurda regulación que desincentiva directamente el trabajo. Pero, somos del sur. Nos gusta el mosto en noviembre, los caballos…Esas son nuestras costumbres y no las queremos perder (Ecos del Rocío, Soy del Sur).