Opinión
La 'E'
De aroma punzante y delicado en el que destacan notas florales que recuerdan a la camomila, recuerdos almendrados y aromas de panadería

Una vocal como cualquier otra. Para mí, el medio tapón de Argüeso. La segunda en el escalafón de las manzanillas de esa bodega. Después de San León, vienen la “E”. Expendida y bebida en los tabancos sanluqueños. Vino muy pálido, de un brillante color amarillo ... pajizo. De aroma punzante y delicado en el que destacan notas florales que recuerdan a la camomila, recuerdos almendrados y aromas de panadería. Al paladar es seco, fresco y delicado; con un paso de boca ligero y suave, a pesar de su final seco. Eso es la “E”, la bodeguera. La del nuevo lenguaje es otra cosa.
Un buen puñado de diputados de la Asamblea Francesa, incluido el presidente Macron, han declarado la guerra contra el «todos, todas y todes». Dicen «être à la hauter» del lenguaje inclusivo. Se niegan a «faire de la bite un gâchis». Es la guerra del lenguaje. Es exigir poder expresarse con nitidez, sin subterfugios, sin parafrasear y sin eufemismos. En fin, una demanda legitima para usar la lengua para lo que se concibió: para comunicarse, para expresarse, con nitidez, contundencia y corrección. Desde finales del siglo XX viene dándose un debate sobre la corrección política en el empleo del lenguaje. A instancias del feminismo (ciertos feminismos extremos, sectarios y absurdos) y en “pro” de los derechos civiles, se ha pretendido hacer una purga al lenguaje. La finalidad de la corrección política es elaborar una terminología no sesgada, impidiendo permitir entablar en el debate político un lenguaje supuestamente discriminatorio. Para ello se ha pretendido el uso de un supuesto vocabulario neutral. Lo que al decir de muchos lingüistas empobrece la fuerza descriptiva del lenguaje, imponiendo una forma de censura para expresar “supuestos” puntos de vistas incorrectos.
La ministra de cultura francesa ha presentado una proposición de Ley para prohibir el «lenguaje inclusivo en los documentos administrativos por considerarlos ilegibles y discriminatorios» . Venía a decir un diputado republicano francés que, la imposición de ese tipo de lenguaje es «terrorismo cultural». En la Exposición de Motivos de la Proposición de Ley se dice que, «la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres es justa, pero los caminos que toma para ello, son a veces confusos». Y este un caso paradigmático de confusión. El propio Consejo de Estado francés ha tenido que intervenir ante tamaño desaguisado lingüístico. Ha venido a decir que en los actos administrativos se observen las siguientes reglas: «en textos reglamentarios el masculino es una forma de neutro que convienen usar en términos aplicables tanto a los hombres como a las mujeres». A contrario, la izquierda gala, que incluye a los republicanos de izquierdas, los partidos satélites del partido comunista francés, entre los que se encuentran los ecologistas, verdes, feministas de tercera ola y el partido socialista, siguen defendiendo el lenguaje inclusivo, con el pretexto de visibilizar a las mujeres. No creo que a Carla Bruni, a Michelle Pfeifer, Donna Strickland, Frances Arnold…y por qué no hasta las mismísimas Brigitte Bardot y Jane Birkin. Bueno, también Juana de Arcos, para que no quede dudas de que las mujeres son plenamente visibles, antes, ahora y en el futuro. Sí, mujeres con “e”, porque esa es la palabra. Sería una gilipollez como tantas, decir «mujeres, mujeros y mujeras». Por cierto, el corrector de “word” subraya en rojo las dos últimas. Hasta el “office” 2021 sigue sin asumir el libro de estilo que otrora exigiese la “Reina de las marismas”, la Macarena de Sevilla, Susana Díaz en su finca de la Junta de Andalucía, en la redacción de los documentos administrativos que apuntalaban el “Régimen”. Vaya, también con “e”. ¿“Regimena” y “regimeno” quedan un tanto forzado, no les parece? Bueno, pues es esto lo que nos queda si nos gobierna otra vez. La Sra. Banchelot, francesa y ministra, mujer desde luego, manifiesta que la escritura “inclusiva” es una ofensa a la lengua francesa.
Cuidado con la “e”. Su pronunciación en inglés es la “i”. He acudido a la RAE y lo primero que encuentro son palabras como idiocia, imbecilitas, ignorante, inculto…