Una vuelta de lujo

Los astros se han conjurado para que Cádiz tuviera una vuelta a la normalidad con un esplendor observable en los lugares más remotos del planeta gracias a la SailGP

En Cádiz hemos vivido unos días de lujo, un largo fin de semana del que pocas ciudades pueden presumir para recibir al recién adquirido nivel 0. Un fin de semana que abre, por todo lo alto, lo que cerramos aquel de los jartibles hace ya ... más de dos años.

Los astros se han conjurado para que Cádiz tuviera una vuelta a la normalidad con un esplendor observable en los lugares más remotos del planeta gracias a la SailGP. Un fin de semana que empezó en jueves y termina en martes; unos días de fiesta deportiva, eclesiástica, militar, lúdica y social. Un magnífico inicio para volver a la vida de siempre y ya sabemos que, como en las regatas, la salida es uno de los momentos más decisivos para ganar la manga.

Un jueves 7 con aroma a nardos y con la salida, por fin, de la Patrona gaditana, de la Galeona, de la que fuera también Patrona de la Marina desde otro 7 de octubre, pero de 1571. Una gran iniciativa, la de la Armada, fue la de conmemorar ese día en el muelle gaditano, junto a las velas de los F50, el 450 aniversario de Lepanto.

A diferencia de otros países no somos dados a celebrar acontecimientos importantes de nuestra historia, y mucho menos recordar aquellas situaciones y batallas en las que salimos vencedores; como si fuese posible juzgar con nuestros ojos lo ocurrido hace siglos, mientras miramos para otro lado cuando se trata de situaciones horripilantes que se dan ahora.

No deja de ser curioso que fuese un británico, Chesterton, luego traducido por un argentino, Borges, el primero en cantar ‘Lepanto’, criticando a Inglaterra y Francia, alabando a Juan de Austria y recordando al manco más universal: «El Sultán de Estambul se ríe... la fría Reina de Inglaterra se mira en el espejo; la sombra de los Valois bosteza en la misa… Don Juan de Austria cabalga hacia el mar … Cervantes en su galera envaina la espada y ve sobre una tierra fatigada un camino roto en España por el que eternamente cabalga en vano un insensato caballero flaco, y sonríe pero no como los Sultanes …». Ese Cervantes que terminó esclavo en Argel y cuya estatua, cuatro siglos después, es destrozada por representar a un esclavista. Cosas de la vida y de la incultura. Estuvo muy bien que el aperitivo de las regatas, el Premio Juan Sebastián Elcano, lo ganara Nueva Zelanda; al fin y al cabo, y aunque allí hablen inglés, muy pocos años después de Lepanto fue un español el que primero descubrió sus costas. Incluso mucho antes, en la segunda expedición en la que participó Elcano, con otra nao Victoria, y en la que encontró la muerte en Las Molucas, una de las naves, la San Lesmes, desapareció en el Pacífico y hay quien dice que sus marinos serían los primeros europeos en pisar la isla; ya Cook se encontró más de un pelirrojo, prueba más que convincente de que por allí habían estado antes los españoles.

Y el sábado, otra Victoria, esta vez navegando y volando, cruzaba la primera la línea de meta en la segunda de las mangas. Hoy, martes, se cierra el fin de semana con la Fiesta del Pilar, el día de la Fiesta Nacional, que recuerda como un grito de «¡Tierra!», hace 529 años frente a la costa de Guanahaní, cambió para siempre la historia de América y de Europa.

Espero que todos hayan tenido un feliz, y deseo que repetible, fin de semana.

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