El virus
Con el virus de Wuhan, o simplemente el virus para los de aquí, se han encendido todas las alarmas
Tengo una amiga taiwanesa que se ha apresurado a usar el Messenger para trasladarnos, con urgencia, y en su peculiar español, las instrucciones de su gobierno sobre como defenderse del ataque del virus . El listado incluye actuaciones de lo más normales, como lavarse ... las manos con frecuencia, costumbre ésta que siempre es deseable sin que nos obligue para ello una amenaz a, y de las más eficaces, por cierto, para prevenir contagios, o la de no estornudar en las narices de la persona que tengamos al lado, práctica, por otro lado, de buena educación. Las instrucciones incluyen también otras recomendaciones de lo más variopintas como no acariciar a los perros y gatos desconocidos a los que nos encontremos por la calle, lavar el móvil con alcohol todos los días o el evitar usar gafas ocultas, aspecto este último sobre el que tengo que preguntar a Chu Lily porque no lo acabo de entender.
Con el virus de Wuhan , o simplemente el virus para los de aquí, se han encendido todas las alarmas, en mayor o menor intensidad según de que país hablemos, llevando a la incomunicación de millones de personas encerradas en algunas ciudades chinas hasta el aislamiento en una isla en el caso de los repatriados australianos. En España, a los que estaban en la zona cero se les ha puesto en cuarentena en el Hospital Gómez Ulla y, al parecer, todos se encuentran bien aunque más aburridos que una ostra. Según los datos que se nos transmiten, aunque el virus se contagia fácilmente, la letalidad apenas supera el 2% de las personas infectadas, tratándose posiblemente de personas con estados previos de riesgo, así que no es necesario que nos alarmemos en demasía.
Cierto es que, aunque en la mayoría de los casos el cuadro cursa como una gripe ligera , si se transmite tan fácilmente se corre el riesgo de que el mundo mundial se encuentre, en un momento dado, en estado de resfriado global, lo que no es ninguna tontería y explica la emergencia de la OMS. Por el momento en Cádiz, y con razón, estamos bastante tranquilos al respecto. Una de las recomendaciones taiwanesas es la de evitar las aglomeraciones , algo que, obviamente, no nos atañe y, de hecho las entradas del COAC ya están todas agotadas, las previsiones de ocupación de plazas hoteleras para el carnaval son extremadamente positivas y en Cádiz , y para las fechas que se aproximan, de lo que debemos hacer acopio es de antifaces y caretas. Me dicen que en las farmacias gaditanas se han agotado todas las mascarillas en todos los distintos grados de filtración de partículas, pero parece obvio que, excepto aquellas que se vendieron en septiembre pasado para protestar contra la contaminación de los barcos, los que han acabado con el stock no son precisamente los gaditanos. Deben haber sido, seguramente, los visitantes orientales de los cruceros que han seguido escrupulosamente las instrucciones de sus respectivos gobiernos, aunque lo de la disciplina está bien según para que cosas. Por ejemplo, en nuestro caso no parece que eso de que ante síntomas de gripe se acuda al hospital sea precisamente una buena idea. Por el contrario, ver por streaming como los chinos construyen un hospital de 1000 camas en 6 días , ofrece alguna que otra interesante idea para reflexionar por aquí.
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