El viaje de los Reyes
Melchor, Gaspar y Baltasar han tenido también un año complicado y tuvieron que empezar mucho antes su trabajo para asegurar que todos los niños tuvieran su regalo
Los Reyes Magos visitarán esta noche las casas de todos los niños gaditanos y lo harán con todas las medidas de seguridad porque, aunque ellos sean Magos, vienen acompañados de muchos ayudantes para facilitarles la tarea, así que todos con mascarillas. Melchor, Gaspar y Baltasar ... han tenido también un año complicado y tuvieron que empezar mucho antes su trabajo para asegurar que todos los niños tuvieran su regalo.
Muchos de sus tradicionales proveedores habían tenido que cerrar los talleres por la pandemia y, además, era necesario llegar a un acuerdo con Papá Noel para adelantar el reparto de las vacunas. Tampoco han tenido fácil el viaje hasta aquí con las fronteras cerradas, los vuelos cancelados, sin poder pararse a tomar un café para coger fuerzas…
La manera más fácil, y directa, era hacerlo por Gibraltar y, aún así, la incertidumbre ha sido máxima hasta última hora, por eso del Brexit y la variante británica del virus. No sabían si iban a tener problemas en la Verja, aunque en esto ya tenían experiencia y, mientras viajaban, recordaban la Navidad de 1714 cuando se encontraron con que el dichoso Tratado de Utrecht, firmado meses antes sin que ellos lo supieran porque estaban en Oriente, les prohibía pasar por el Peñón. Uno de los párrafos decía que no se debía permitir por motivo alguno que judíos y moros pudieran vivir o tener domicilio en Gibraltar, así que tuvieron que hacer enormes esfuerzos para asegurar a los británicos que ellos solo iban de paso hacia Cádiz.
O aquel Día de Reyes de 1910 cuando, caminando junto a sus camellos por el istmo, creyendo que ya estaban en la provincia de Cádiz, se encontraron con una estructura imponente de acero y alambre de espino que les impedía continuar. Como estaban muy ocupados con su trabajo no se habían enterado que los británicos habían decidido, haciendo gala de su humor, obstaculizar el contrabando construyendo una verja. Y, de nuevo, tuvieron que desarrollar todo su ingenio para convencer a los centinelas gibraltareños que todos los juguetes que llevaban eran para regalo y que ellos no se dedicaban al contrabando.
En 1969 se encontraron con la dificultad añadida de una verja, esta vez española, cerrada a cal y canto, con lo que tuvieron que ir diseñando rutas alternativas. Como durante todos esos años de paso habían hecho muchos amigos, algunos gibraltareños los convencieron para hacer una breve Three Kings Cavalcade local antes de que continuaran su ruta hacia Cádiz pasando por Ceuta, lo que no gustó nada a Santa Claus que tenía grandes intereses en la zona. Cuando por fin se abrió la verja SSMM pudieron volver a su ruta habitual después de cumplir con los trámites administrativos para conseguir el permiso de trabajo transfronterizo. Así que con ese historial no iba a ser un virus el que impidiese a los Reyes llegar a las casas de los niños gaditanos.
Esta noche dejarán sus regalos y se despedirán hasta el año que viene, en el que, al parecer, lo van a tener más fácil. Para entonces no habrá verja y, como ha dicho Picardo, será Gibraltar la que, con el Brexit, se encargue de controlar la frontera exterior de la Unión Europea, mientras que la interior con España se extenderá, a través de Sotogrande, hasta donde los gibraltareños quieran.