Toca vacaciones

No sería nada extraño ver a nuestros ministros paseando por los pueblos blancos o dando paseos por nuestras playas, ni al Presidente disfrutando de Doñana

Ahora que con los rebrotes todas las competencias sanitarias están en manos de las Comunidades Autónomas, por lo que tampoco merece ya la pena hablar del Comité nacional de expertos que nunca se constituyó, parece que es el momento oportuno para que el ... gobierno haya decidido tomar sus merecidas vacaciones estivales. Se comprende así la alegría y los aplausos durante la última sesión plenaria, que en esta ocasión bien que se ha ganado este adjetivo, del curso académico en el Congreso de los Diputados. Nunca antes, durante todo el tiempo que llevamos de pandemia con el dichoso virus, se había visto un pleno tan concurrido. Hasta la Presidenta de la Cámara tuvo que recordar que todos aquellos diputados que habían solicitado el voto telemático para esta última sesión de cierre, 142, debían abstenerse de darle al botón. Todos los que ya habían votado desde casa debieron pensar, de manera unánime y espontánea, que ese día debían acudir personalmente a la carrera de San Jerónimo para despedirse de sus compañeros hasta la vuelta de las vacaciones. También, obviamente, para agradecer de manera personal al Presidente del Gobierno todo el esfuerzo desplegado en Bruselas. Un buen acuerdo comunitario, aún cuando los 500.000 millones en subsidios se quedaran en 390.000, de los que España recibirá 72.700. No era lo que se pedía ni a lo que se aspiraba, pero buenos son si se utilizan bien.

Tampoco les ha ido mal a los norteños ‘obstruccionistas’ o ‘frugales’, según la perspectiva de cada cual, que consiguen, si no el veto, si la exigencia de control exhaustivo de los fondos, además de llevarse a casa sus respectivos cheques de descuento al presupuesto comunitario. Así que todos contentos. Ya el próximo se curso se retomará lo del reparto, lo del freno de las ayudas en caso de desviaciones, el recorte del 10% a la Política Agraria Común, o el mordisco a los programas de investigación, como el Horizon que de 11.500 pasa a 5000 millones o el InvestEU que se cae de 11.500 a 2.100 y, por supuesto, nuestros propios presupuestos, que ya va siendo hora que hablemos de unos presupuestos de Montero en lugar de hacerlo de los de Montoro. Pero ahora lo que toca son las vacaciones de verano. Daba gusto verles, como chiquillos, con su alegría y sus aplausos. Tan contentos que se olvidaron de lo del metro y medio de seguridad y, más de uno, del uso de la mascarilla en espacios cerrados como el hemiciclo. Como para criticar luego a los jóvenes de irresponsables. Seguramente muchos de ellos vendrán a nuestra provincia a pasar el descanso estival, porque a pesar de que por Cádiz se intente frenar la turistificación, aún en un momento en el que se ha frenado ella solita, a nadie le amarga un dulce. No sería nada extraño ver a nuestros ministros paseando por los pueblos blancos o dando paseos por nuestras playas, ni al Presidente disfrutando de Doñana. Hasta pueden ir de visita a territorio británico y sin pasar cuarentena, habida cuenta que la verja, por mucho litigio histórico y por mucho Brexit que se quiera, se ha convertido en una de las fronteras más fluidas de Europa. Así que bienvenidos a Cádiz y, por favor, mientras no resuelvan todo lo que tienen que resolver, que, por lo menos, gasten mucho en nuestra tierra.

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