Sistemas inestables
Una situación atroz ocurre en un lugar del mundo, y todos notamos las consecuencias
El efecto mariposa viene a decir que algo insignificante, como el aleteo de una de ellas, puede ocasionar sucesos de enorme magnitud. Se hizo famoso en la película Parque Jurásico cuando uno de los actores explicaba: «una mariposa mueve sus alas en Pekín y llueve ... en Nueva York». Su formulación se debe al matemático E. Lorenz para explicar el comportamiento caótico en los sistemas complejos e inestables como el tiempo meteorológico. Aunque, para sistemas inestables, el humano. Un antiguo agente de la KGB tiene un complejo, y el mundo se coloca al borde de una tercera guerra mundial. También ocurre lo contrario; truena en Oslo, y una mariposa se estremece en Cádiz. Una situación atroz ocurre en un lugar del mundo, y todos notamos las consecuencias. Está pasando en Ucrania; una situación terrible que sufren millones de personas y que aquí se traduce en algunos efectos secundarios, pocos y leves en comparación con lo que están viviendo los ucranianos. Por ahora esos efectos secundarios solo tocan al bolsillo, lo que es una nimiedad si tenemos en cuenta que allí lo que se pierden son vidas. Pudiera parecer superfluo, pero viene a demostrar que nada de lo que pase en el mundo nos es ajeno y que, en un sistema global e inestable, mucho más que el meteorológico, puede pasar cualquier cosa y en cualquier momento. Ha subido la luz por el bloqueo de las exportaciones del gas ruso; aunque aquí ya subió mucho antes, cuando se nos indicaban las horas para poner la lavadora sin que se nos explicara las razones de manera convincente. Ha subido la gasolina por el incremento del precio del petróleo al ser Rusia uno de los principales productores; y con ello, los precios del transporte, del sector turístico, del que tan dependiente somos, etc. etc. Nos hemos enterado que la pizza y los espaguetis no son, en el fondo, italianos, y que el trigo con el que se hacen viene en su mayoría del Este. Y mientras tanto aumenta el temor al desabastecimiento de aceite de girasol que está ya, como quien dice, en racionamiento. Que no se crean nuestros amigos europeos, que insisten en freír con mantequilla, que se libran en este apartado; los cereales que venían de Rusia y Ucrania también son necesarios para producir piensos, así que las subidas también afectarán a la carne, los huevos, la leche y ¡la mantequilla! Menos mal que la UE, previsora ella, ya había aprobado previamente al grillo doméstico como alimento, sumándose así a la langosta migratoria y al gusano de la harina, aunque este último lo va a tener complicado.
En realidad, por mucho que nos preocupe, lo que es razonable sobre todo en las familias con menos recursos, toda esta situación de encarecimiento no es más que el aleteo de una mariposa frente al horror que viven millones de personas cogidas en medio de un campo de batalla, o frente a la desesperanza y desconcierto de los también millones de refugiados que han tenido que dejar toda su vida atrás. A nosotros nos sube el pan, pero allí apenas pueden llevarse un trozo a la boca sin correr el riesgo de perder la propia vida. Además, el efecto contrario de la mariposa es susceptible de empeorar y de extenderse. Porque para ejemplificar, en sistemas inestables, la teoría del caos, ninguno mejor que el humano.