Novedades en Sanidad
La idea es transitar de una pandemia a una endemia, esto es la permanencia de la infección en el tiempo con afectación de una región o población definidas
Tenemos novedades en Sanidad. Unas sobre la pandemia que ya no es pandemia; otras, sobre la necesidad, o no, de especialistas médicos. Desde ayer, los infectados con síntomas leves no tendrán que aislarse. Hace un mes fue necesario un real decreto para modificar el uso ... de mascarillas; ahora ha bastado la actualización de la Estrategia de Vigilancia y Control por la Comisión de Salud Pública, un síntoma de la progresiva normalización que se quiere dar a la situación. Es lo que ha venido en llamarse «gripalización» de la Covid, lo que está muy bien para dar aires de cotidianidad a la infección y que no interfiera en la marcha del país; otra cosa es que el virus esté decidido a gripalizarse. Por cierto, la gripe es una enfermedad de Declaración obligatoria; puestos a gripalizar, veremos cómo se registrarán los casos leves, que no requerirán pruebas diagnósticas, y como irán las bajas ante la desaparición del aislamiento.
Con la normalización habrá más probabilidades de contagios y dice la viróloga Margarita del Val que hasta que no se infecten todos los españoles, no desaparecerán las oleadas. La idea es transitar de una pandemia a una endemia, esto es la permanencia de la infección en el tiempo con afectación de una región o población definidas. Veremos si la endemia en España, o en Europa, convive apaciblemente con la pandemia en el resto del mundo. También habrá que ver si la ómicron es la definitiva, o surgen variantes más graves en el mundo que alteren nuestro equilibrio endémico, si se mantiene la inmunidad vacunal, o por la infección, en el tiempo, y si esta normalización no tendrá incidencia en hospitales y centros de salud.
Vista la cosa, lo importante es cuidar de los grupos vulnerables, para intentar evitar, en lo posible, los casos graves, los fallecimientos y, claro está, que no se tensione más el sistema sanitario. Sobre esto último también hay disparidad de criterios. Con una tasa de paro médico que prácticamente era inexistente antes de la pandemia, se buscan especialistas hasta debajo de las piedras. El, hasta hace escasas fechas, director de Ordenación Profesional decía que la ratio de médicos por habitantes es similar a otros países europeos, lo que no justificaría más plazas.
Puede ser consuelo por mal de muchos, que aquí estén mal repartidos, o simplemente que se emigra más en busca de mejores condiciones. Pero, al mismo tiempo, el Ministerio reconoce la necesidad de más especialistas en virtud a las estimaciones 2021-35, y lo aborda planteando el aumento de estudiante de Medicina, la contratación de extracomunitarios, también en Enfermería, o incrementando su cupo, que no el número de plazas, en el MIR, lo que estaría muy bien si se plantease en términos de Cooperación Internacional de ayuda a aquellos países que necesitan especialistas formados, que no es el caso.
En el MIR de este año, hay 12.062 candidatos médicos para ocupar 8.188 plazas de formación especializada, incluidas en estas las del cupo de extranjeros. Son solo 676 más que hace 10 años. Hagámonos a la idea que las cosas no tienen visos de mejorar, y si al Covid se refiere, mejor que cuando vayamos a trabajar con nuestra nueva gripe, lo hagamos con mascarilla y, si es necesario, con pantalla de seguridad.