Largos días
Nos quedan otras dos semanas hasta que se cumpla el plazo dado para el mantenimiento del Estado de alarm
Llevamos dos semanas de encierro y nos quedan otras dos hasta que se cumpla el plazo dado para el mantenimiento del Estado de alarma ; aunque siendo realistas es más que previsible que unos días antes del 11 de abril el Congreso ... apruebe una nueva extensión del confinamiento. Así que tendremos que ir haciéndonos a la idea de que la cosa va para largo y, mientras tanto, con la esperanza puesta en que el ritmo de contagio se atenúe, que las personas contagiadas no tengan síntomas graves, que los servicios sanitarios no se colapsen, que a los profesionales que están al pie del cañón y en primera línea se les proteja y de que los enfermos más graves puedan salir adelante .
Unas esperanzas que, para que se confirmen en toda su extensión, van a necesitar Dios y ayuda. De esta última si que se está encargando la ciudadanía, manteniendo a rajatabla el ya famoso “ Quédate en casa ”, un ejercicio de responsabilidad que se ha llevado a cabo de manera disciplinada desde el primer momento en que se le avisó del auténtico estado de gravedad de la epidemia. Antes tendría que haberse hecho; seguro que la gente hubiera respondido igual. El confinamiento cada uno lo lleva como puede, y todos con la mente puesta en la salud de los familiares a los que no pueden ver y preocupados por como les podrá ir el día después de la pesadilla, que pasará con el trabajo, con los exámenes, con las oposiciones,…como será la vuelta a esa normalidad que ya no podrá ser nunca normal. Y, al mismo tiempo, encerrados pero trabajando. Aquellos que habitualmente se encargan de las tareas de la casa, labor nunca reconocida, multiplicando su actividad, con mayor o menor ayuda, lo que no deja de ser importante para mantener la cabeza despejada; otros han comprobado que el teletrabajo puede llegar a ocupar las 24 horas del día, y otros muchos dándole vueltas a la cabeza para ver como podrían ayudar desde el encierro. De una manera u otra todos los ciudadanos, aún encerrados, están también llevando a cabo un servicio esencial aunque ningún Decreto lo considere como tal; de hecho, uno de los más importantes de los que realmente se están dando a los profesionales sanitarios.
Y para hacerlo en condiciones no viene mal poner en práctica algunos ejercicios de higiene mental para aparcar, aunque solo sea en algunos momentos, las lógicas preocupaciones. Durante estas dos semanas que llevamos confinados muchas personas han recuperado aficiones olvidadas , han descubierto intereses nuevos o han desarrollado la imaginación para ocupar horas vacías; o el placer de la lectura que nos traslada a otros mundos y nos abstrae, mientras lo hacemos, del que vivimos. Este año es el aniversario de Galdós, así que podemos hasta ir a otro Cádiz diferente . Además, aunque estemos confinados, no estamos aislados. La prensa nos mantiene al tanto de lo que ocurre no ya lejos sino también de lo que pasa en los que hasta ahora eran nuestros entornos físicamente cercanos; gracias a ella mantenemos el contacto con la realidad y podemos seguir, en la medida de lo posible, como va la lucha contra el bicho. Así que compaginando ese hilo con el exterior y el aislamiento activo en nuestras casas es como tendremos que afrontar todos los largos días que nos quedan por delante.