OPINION
Famosos gaditanos en su combate final
En mi arena de la celebridad gaditana no faltaría un Antonio Reguera que iría derrotando en singular batalla a Tony Rodríguez, Paz Padilla y, aquí la cosa se pone chunga, al mismísimo Yuyu
Ahora que las nieves del tiempo van plateando mis sienes, no dejo de comparar cada paso que doy con los pisotones que recibí. Como buen cascarrabias, no tengo reparo en practicar en las carnes propias el vicio que denuncio en los demás. Como el turista ... que se queja de que Venecia está llena de extranjeros con cámara de fotos o el cliente de gomina y polito de bandera que protesta porque, en Carnavales, el Manteca se llena de pijos. Es por eso que, pese a que cada dos o tres columnas lanzo mis diatribas contra las redes sociales en este púlpito de LAVOZ, no me libro de ser un pescado venial atrapado y fascinado por la almadraba de twitter, facebook, instagram y demás artes de arrastre virtual.
Una de las ‘carnás’ que con más gusto estoy mordiendo (no perderse nada de lo que sucede en twitter revela tan poca vida como quien no falta a un partido de su equipo o no lleva retrasado ni un capítulo de su serie fetiche) es la de la guerra virtual de los famosos en España. Me fascina, especialmente, por lo caótico de los contendientes, ordenados sin más criterio que el hecho, precisamente, de ser conocidos por quienes en las redes dan ‘me gustas’ y ‘retuit’ a Echeniques y Rosalías. De esta suerte, puede enfrentarse en desigual batalla Su Majestad Felipe VI con Bigote Arrocet. Como en las guerras de verdad, se desconocen la causas reales del enfrentamiento y las artimañas que dan la victoria y sólo se deja claro el resultado.
Imaginarse esta situación, en el mundo real que es Cádiz, es parte de una tentación en la que es imposible no caer. En este campo de Marte, cada uno propondrá a sus campeones, a sus paladines y, no nos engañemos, a los que disfrazados de gladiador no son más que carne de cañón, alimento para las bestias, ganado criado para perder. En mi arena de la celebridad gaditana no faltaría un Antonio Reguera que iría derrotando en singular batalla a Tony Rodríguez, Paz Padilla y, aquí la cosa se pone chunga, al mismísimo Yuyu. En el coso, con armas blancas de carisma, acentos y técnica, podríamos enfrentar también a Kiko Narváez y a Joaquín. Dudo si se podría invitar a Mágico. Dudo que se presentara. También, cómo no, tendríamos que lanzar a la batalla a nuestros políticos. Kichi iría en cabeza tras haber dejado fuera de combate a Teófila y Fran González, pero en sucesivas rondas tendría que verse con, se aceptan apuestas, Ana Mestre o, quién sabe, José Manuel Cossi. O puede –el calor me hace ser suspicaz– que quien vaya a tumbarlo esté ya, sedente y silente, a su lado en la bancada municipal.