José Luis Piluestán - OPINIÓN
Expectación
Ha sido tan atroz el afán del día que aquí sí cabe la expresión «yo por el carnaval mato»
Llegó el ansiado día para los que, a muchos me imagino, tendrían marcado en el calendario un círculo en rojo, amarillo y vete a saber de cuántos colores más, desde que se celebrara el esperpéntico sorteo de agrupaciones del Concurso oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) y de infausto recuerdo en lo que a mí respecta, desde aquel mes de noviembre.
La expectación que ha levantado la sesión que acogerá el Falla hoy con la vuelta de dos grandes maestros de la comparsa, un chirigotero de pro y un comparsista más que reconocido, es algo que podríamos decir que se me antoja difícil que se vuelva a repetir. Ha sido tan atroz el afán del día que aquí sí cabe la expresión «yo por el carnaval mato» y no pasa absolutamente nada. No ha importado prácticamente celebrar el cotillón de año nuevo en los aledaños del nuevo estadio Carranza, sustituyéndose los trajes de noche por mantas y abrigos, jaimas y un sin fin de objetos para combatir el frío, el viento y el agua como si de unas trincheras simulasen; y todo para conseguir entradas para la función de esta noche.
Esa imagen que vi aquella mañana de enero cuando fui a ver el Cádiz-Jaén me impactó de manera inusitada. Me pareció algo exagerado y, qué quiere que les diga, tercermundista. Pero, oiga, que cada uno con su tiempo y con su dinero puede hacer lo que le venga en gana, y no seré yo el que lo juzgue, está claro que no es mi estilo. El concurso de agrupaciones levanta pasiones entre los más adictos al Carnaval y para muestra la sesión de hoy; pues mire usted, bienvenido sea. Solamente decir que aquellos que obtuvieron sus entradas para hoy que disfruten porque para ellos habrán merecido la pena. Yo si puedo, pues lo veré por la tele; pero hay vida más allá del Carnaval.
Ver comentarios