OPINIÓN
Un éxito que analizar
Aunque muchas cifras del Carnaval son un éxito, el Concurso se consolida como herida que curar
El Carnaval hace mucho tiempo que es la mayor fiesta de la capital gaditana. Los datos de hostelería y ocupación de este año, con un nuevo incremento respecto a la subida del año anterior, demuestran su potencia como motor del sector servicios.
Especialmente cuando llegaba, ... como este año, con algo más de pausa, con más distancia de la Navidad y con gran suerte en lo climatológico. Los dictados del calendario católico propiciaron en esta ocasión una celebración tardía, a principios de marzo, nada menos, que da mucho margen entre Navidad y el desahogo previo a la Cuaresma. Con el añadido de incluir el puente del Día de Andalucía antes del primer fin de semana. Ese espacio temporal no ha existido en la mayoría de los años anteriores y permitió que el Gobierno municipal tuviera más campo de maniobra para hacer y deshacer cambios que no han funcionado en el Concurso y no han modificado nada de lo que se hace bien, casi desde hace 20 años, en la calle. Habrá que esperar para hacer un balance riguroso pero por el momento ya se pueden observar las primeras pistas sobre futuras conclusiones.
Desgraciadamente, por más cambios que se realizan, parece que resulta imposible encontrar un equilibrio en el acceso a las entradas, miles y miles, para disfrutar de un certamen demasiado largo. Los protagonistas y el público están de acuerdo en calificarlo de plomizo y perjudicial. Ni el anterior Gobierno ni el nuevo, ni el creciente protagonismo de internet en la venta pueden con unos vicios que tienen más que ver con los hábitos y preferencias de un sector de población de Andalucía que no coinciden siempre con los de la afición de la Bahía de Cádiz.
La segunda noticia previa es el éxito del pregón y la sobriedad de los exornos, que a cambio sí estuvieron en tiempo y forma como cada Carnaval. Esta eficacia, esta decisión, contrasta con el retraso que arrastró el de Navidad, con las consiguientes quejas de los comerciantes. A pocas horas de Nochebuena aún había operarios instalando luces en calles y barrios. Parece que el Carnaval interesa más.
Como única muestra de coherencia, el Ayuntamiento ha logrado que absolutamente nadie se acuerde de la figura de las ninfas, mientras que el protagonismo de la mujer crece sin cesar en la copla callejera y libre, donde intérpretes y autores hace años que alcanzaron la igualdad total y natural de géneros.
Con esas cifras turísticas y esa inercia en la calle, queda claro que la herida está en el Falla. Hay un año para cauterizar.