Europa, a pesar de todo

El acuerdo puede ser menos de lo esperado, de lo necesario, pero es imprescindible para que la recesión que ya se ha instalado dure lo menos posible

Los últimos hechos lo corroboran de forma irrefutable. Europa solo funciona bajo estrés. En la inmensa mayoría de los casos, los europeos únicamente son capaces de encontrar soluciones de conciliación a las discrepancias de criterio –basadas casi siempre en intereses económicos y no en ideas– ... cuando se hallan al borde del abismo y cuando comienzan a entrever que la opinión pública europea no digeriría determinada discrepancia, o que la credibilidad de las instituciones se arruinaría si no se fuera de capaz de adoptar determinadas decisiones.

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