A la espera de los contratos navales

Navantia no puede estar de brazos cruzados esperando que se resuelvan los concursos de defensa en los que puja, por eso se agarra al negocio offshore

La Voz de Cádiz

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Navantia no ha bajado la guardia en lo que se refiere a ofertas para construcción naval. La empresa pública española está presente en cuatro importantes concursos internacionales para la fabricación de buques militares. Por un lado, el Gobierno de EE UU debe resolver este mismo ... año el acuerdo al que llegó con la US-Navy para la compra de 20 fragatas. Navantia ha buscado la alianza de un socio industrial en Estados Unidos para ganar puntos y, en este momento, se encuentra en la recta finalista. Además, los norteamericanos han elegido el diseño presentado por Navantia, inspirado en las F-100 de la Armada española, como modelo a seguir. Esta elección, aunque muy significativa, no quiere decir que Navantia sea la adjudicataria. Cabe recordar los dos casos en los que la empresa española tocó el éxito, pero un cambio de última hora dio al traste con sus aspiraciones. Australia y Canadá cambiaron en el último momento su parecer debido al Brexit y rechazaron a Navantia en favor de astilleros ingleses. La compañía española también está detrás del proyecto de Marruecos para la construcción de tres patrulleros, similares a los que construyó el astillero de San Fernando para la Marina venezolana en 2005. En esta ocasión no hay concurso sino designación. Por otra parte, la constructora naval española está en negociaciones con India para un megacontrato militar que incluye la construcción de submarinos y buques anfibios. Por último, Navantia ha presentado oferta a Reino Unido para la obra de dos buques de aprovisionamiento en combate . Los concursos internacionales son largos en el tiempo y están vinculados a intereses políticos. Navantia en estos acuerdos es una empresa más que puja por ellos. Muy diferente es la adjudicación directa de países como Arabia Saudí con las cinco corbetas para su Marina que se ejecutan en el astillero isleño. Por esta razón la compañía insiste en que no se puede estar de brazos cruzados esperando uno de estos contratos y es necesario, por ello, diversificar el negocio. Esto es lo que ha llevado a Navantia a meterse en el sector offshore hasta convertirse en proveedor preferente de los campos eólico-marinos que promueve Iberdrola. Mientras no lleguen barcos civiles o militares a los astilleros habrá que apostar por la construcción offshore.

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