Enrique García-Agulló
El voto hispano
Lo que a mí me preocupa es la cantidad de horas de televisión y radio o cuantísimas páginas de diarios y revistas se vienen ocupando de todo esto con la de cosas que tenemos en España por arreglar
Los norteamericanos tienen un curiosísimo sistema de elección de su Presidente en el que conjugan electores directos, como son todos los ciudadanos con derecho a voto residentes o no dentro de su territorio, y los electores indirectos, los miembros de los Colegios Electorales. Llevamos no ... sé cuántos días hablando de estas elecciones y no acaba de entrarnos en la cabeza cómo pueden tardar tanto en resolver esta cuestión en una sociedad como la suya tan proclive a las tecnologías de las nuevas comunicaciones y a su progreso como lo mejor de lo mejor, haciendo ver que ellos son los más ágiles y los más modernos cuando aquí, a las tres horas de cerrarse las urnas, ya sabemos los resultados, salvo anécdotas de algún recuento especial.
Ése es su problema y no vamos nosotros a tratar de arreglarlo con nuestras críticas en contra o a favor de su sistema, allá ellos, que así se lo guisen y así se lo coman, pero lo que a mí me preocupa es la cantidad de horas de televisión y radio o cuantísimas páginas de diarios y revistas se vienen ocupando de todo esto con la de cosas que tenemos en España por arreglar, como por ejemplo, ese comité gubernamental de detección de noticias digamos que incómodas o esa nueva ocurrencia de apartar la lengua castellana como lengua vehicular, vaya palabreja, del nordeste de la nación, porque es sencillamente inaudito y antipatriótico hurtar el derecho a recibir educación en la lengua oficial de todo el Estado a tantos alumnos y a tantas familias, sean españoles, hispanoamericanos, ecuatoguineanos o cualesquiera que hayan acudido a nuestro país para trabajar o para formarse.
Pero todo parece que la ministra del ramo, en otro de esos siempre sorprendentes planes mal llamados de educación a los que nos tienen acostumbrados los socialistas durante estos cuarenta años con tan desastrosos resultados para docentes y educandos, (ahí están los informes PISA que nos ponen en los últimos niveles de satisfacción de la educación en el concierto internacional de países), nos ha deparado a todas estas generaciones “nini” que pueden graduarse hayan o no superado sus estudios y que, posiblemente por eso, no puedan encontrar empleos adecuados a lo que estudiaron o, peor, a lo que dejaron de estudiar, y con ese vergonzante exilio de los mejores estudiantes que han preferido emigrar a otros países donde son bastante apreciados. Todo vale para esta ministra y para que el presidente, con los independentistas y las fuerzas del otro lado, puedan sacar unos presupuestos que no han sido capaces de aprobar en estos últimos años.
La verdad es que, hablando de Biden y Trump, me ha asombrado sobremanera cómo en esta campaña electoral han ido buscando a los hispanoparlantes de Norteamérica, que son más de cincuenta millones de ciudadanos, pidiéndoles en español el voto en un país como aquél en el que hablan español más ciudadanos que todos los españoles que vivimos aquí en España y, eso, a la ministra, mientras que en los Estados Unidos se busca el voto hispano en español, no le ha dado para nada mejor que “arreglar”, por motivos partidistas de esta coalición social comunista, el que no puedan aprender a hablar español los residentes en Cataluña. La cosa, además de que sea antipatriótica y ajena a los principios de nuestra Constitución, es partidista y egoísta, de mentes cortas y reduccionistas , como cuando Franco no les dejaba hablar en catalán, porque en el fondo es lo que parece que les va, la prohibición y no el encuentro. Seguro que seremos el único país en el que se hable español que se destierra de la educación los estudios en lengua castellana. Tan sencillamente ridículo, patético, demencial, arbitrario y de falta de luces, que mucho me temo que en esta España nuestra que copia tanto “halloween”, tanto Santa Claus y tanta hamburguesa, que se pirra por hablar de los procesos políticos norteamericanos, van a tener que esforzarse en el futuro nuestros políticos por buscar en Cataluña el voto de los hispanos. Ojito.