Enrique García Agulló
Vacaciones en Moncloa
España sufre, España está sufriendo, y eso le tenía que haber llegado al presidente a su corazón para mantenerse en estos inciertos tiempos en casa
La verdad es que no llego a entender cómo el presidente del gobierno se ha ido este año de vacaciones de esta manera. No es que no tenga derecho la criatura, sino que no me ha parecido bien, por mucho rollo de comunicaciones de las ... nuevas tecnologías ni de tanta conferencia virtual con unos y con otros que haya tenido, porque en esta ocasión podría haber sido un poco más comedido y esperar mejores momentos que, ojalá, nos vuelvan pronto a todos. España sufre, España está sufriendo, y eso le tenía que haber llegado al presidente a su corazón para mantenerse en estos inciertos tiempos en casa, en permanente actitud de entendimiento y solidaridad con todos los que lo están pasando mal con este Covid-19 . Será administrativamente legal, pero a mí no me ha parecido ni ético ni estético.
Un poner. Ahí tenemos a todos esos miles, por no decir millones, de autónomos que están cerrando porque no pueden seguir, porque no pueden trabajar ni pueden facturar aunque sí tengan que pagar impuestos, alquileres y tantos otros gastos. O a tantos españoles que han perdido ya su puesto de trabajo. ¿Cómo habrán visto las vacaciones de Sánchez en Lanzarote y en el Parque Nacional de Doñana, si ellos no han tenido ya vacaciones, sino que lo que tienen encima es un duro calvario? ¿Cómo podrán comparar los “afortunados” que hayan podido cobrar algún ERTE esos días con los del presidente? ¿Cómo las mirarán quienes se han ido al paro sin remedio o los que están esperando cobrar el subsidio de “La Vital”?
No digo yo que no tenga derecho a pasarlo bien en su descanso exclusivo donde nadie le perturba y se ve tan protegidos por toda clase de servicios del Estado, no. Puede irse, claro, pero es que estas cosas tienen mucha lectura. Porque, otro poner, ¿quién le pidió a los españoles que le hicieran presidente del gobierno? Fue él mismo quien se presentó al electorado y, luego, por no tener los votos que necesitaba, insistió además en querer serlo comprometiéndose con todos esos partidos del Congreso que van desde la derecha vasca hasta la izquierda comunista pasando por toda clase de independentismo. Pues eso, ahí lo tienen, voluntario a la carga del cargo.
Vendría a ser lo mismo que, si en plena guerra, un presidente del gobierno se fuera de vacaciones. Formalmente tendría derecho también, pero no estaría bien. Y es que estamos viviendo la III Guerra Mundial en la que ya ni sabemos cuántos han muerto ni cuántos vivos estamos padeciendo sus consecuencias. No estaría bien. Hubiera sido mejor que se quedara en Moncloa y, descansando de su agenda ordinaria, coordinara y promoviera desde casa acciones para intentar paliar todo esto haciendo lo que tantos de sus conciudadanos están teniendo que hacer tristes y preocupados, pasar estos días de vacaciones en casa porque una importante parte de ellos han perdido su empleo o la salud. La economía estará temblando, sí, pero, la salud, también. Ay de los médicos, enfermeros, celadores o trabajadores de residencias de ancianos viendo lo que se le viene encima.
Por eso les decía que sí, que hay razón legal, laboral o administrativa que perfila el derecho a coger vacaciones, y hasta razones de salud, pero tengo el presentimiento de que muchísimos españoles se habrían visto más reconfortados si su presidente hubiera pasado este año su pesar como ellos, en casa sin vacacione. Saber que la luz de su despacho en Moncloa estaba encendida hubiera podido ayudar a sus compatriotas que así podrían haber pensado que este hombre se estaba preocupando con lo que nos está pasando. Cuestión de ética y de estética.