Enrique García Agulló
El Tarajal
Hasta ahora nuestro país ha querido vivir en un espacio de lenguaje y signos diplomáticos, de previsión y de entendimiento desde la diversidad y desde la contrariedad
El nombre de esta frontera quedará como ignominioso testimonio de cómo el gobierno marroquí trata a sus nacionales, menores y niños inclusive, porque no ha tenido compasión alguna animándolos a tirarse de esa manera para entrar en Ceuta, cosificándolos, enfadado al haberse ingresado en un ... hospital español a un personaje incómodo para su autoridad, como explicara su embajadora con lo de “la consecuencia”. Para nosotros, además de todo esto, se quedará en otra muestra más de la carencia de política exterior de este gobierno en su errático devenir, falta de previsión, conocimiento y decisión. Ce por Te...
Yo no sé muy bien a qué se dedica la ministra de Asuntos Exteriores. Con su aspecto tan formal sale tan poco en prensa y produce tan pocas noticias que, cuando se le ha notado estos días algo ha sido porque ha estado hablando de asuntos interiores en sede parlamentaria, diciendo eso de que la culpa de que no vengan los británicos a España es de Madrid cuando según antes ellos, desde el gobierno, decían que la culpa de que vinieran los franceses también era de Madrid. En fin, dejémoslo ahí que, como en otros tantos casos, la cosa podría arreglarse sola con el esfuerzo de las empresas turísticas nacionales que harán lo imposible, más allá de la ministra, para que sus inversiones puedan seguir generando empleos y riqueza.
Nosotros tenemos una playa en esta provincia que está de actualidad y que linda con Gibraltar. Y también hemos tenido, que aún los tenemos, a distintos españoles más que incómodos alojados en países “amigos” e incluso coaligados en la Unión, que están citados por nuestra Justicia y que la de esos países les da refugio y amparo para que no vengan ni a declarar, pero no por eso se nos ha ocurrido llenar el Reino Unido o el de los belgas de hordas incontroladas y achuchadas de inmigrantes sin papeles. ¿Se hubieran imaginado ustedes alguna invasión desde La Línea o desde San Roque a Gibraltar por los “menes”, como diría la ministra de Igualdad? ¿O expresarles nuestras “consecuencias” a Bélgica? Y eso que bien nos las han expresado a nosotros algunos europeos tirando al suelo nuestras frutas en sus carreteras o, ahora, con lo de Airbus en Cádiz.
Hasta ahora nuestro país ha querido vivir en un espacio de lenguaje y signos diplomáticos, de previsión y de entendimiento desde la diversidad y desde la contrariedad. Casi todos los ministros de Asuntos Exteriores anteriores se han esforzado, o al menos no la han entorpecido tanto, en esa labor de entendimiento para mantener a España en cierto reconocimiento por las demás naciones pero es que, a fecha de hoy, pongo por caso, nuestra ministra, pasados los meses que han pasado, ni tan siquiera ha conseguido poner en contacto a su jefe con Biden, que tiene no sé cuántos militares en nuestro territorio, ni en estos momentos tan singulares para nosotros con Marruecos, común aliado, tampoco ha obtenido de los americanos nada especial con los asuntos del Tarajal.
En fin, es lo que hay pero, para que no se me pongan tan estrictos desde la izquierda gubernamental con lo de los “menes”, cojan ustedes si quieren la publicación “Tratamiento normativo y social de los menores inmigrantes (2014)”, de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía que, en tiempos de la socialista Susana Díaz regentaba el fiscal Emilio de Llera, y ahí bien que aparece más que repetida la palabra MENA y hasta su definición, que no se rasguen ahora sus sensibles vestiduras por llamarles así y no niños, que ya empezaron ellos con lo de “menas”. Abro comillas: “Definición del término MENA” o... “1. Qué entendemos por Menor Extranjero No Acompañado. 1.1.- Se entiende por Menor Extranjero No Acompañado (MENA), etc. etc.”. Cierro comillas....
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