¿Se puede uno fiar?... Otra vez más

Nunca un Viernes de Dolores se había vivido en la calle Sagasta de una manera tan intensa

Enrique García-Agulló

Ayer, la provincia, y toda la Cristiandad, celebraba el Viernes de Dolores. Arrancaba una Semana Santa con un olor y unas sensaciones diferentes. Nunca un Viernes de Dolores se había vivido en la calle Sagasta de una manera tan intensa. Los cofrades, las imágenes, la ... devoción, el incienso volvían a reencontrarse con su pueblo, con su gente. Estos dos años lo han cambiado todo. La tradición, la fe para quien la tenga, ha podido mantenerse intacta pero el resto ya no es igual. Las dos Semanas Santas sin ese encuentro entrañable con los recuerdos y las evocaciones de cada uno han dejado un poso que en estos días, y hasta el próximo Domingo de Resurrección, intentaremos ir dejando atrás.

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