Enrique García Agulló
¿Por qué no te callas?
Me ha venido a la memoria porque otra vez hemos vuelto a ver a nuestro presidente afirmando con su natural postureo que íbamos a ser el primer país en ponernos la vacuna contra este dichoso Covid
Hace unos días han hecho 13 años de aquella célebre frase tan recordada por muchos españoles, aunque me temo que no tan bien rememorada por los gobernantes que siguen mandando ahora en la actual Venezuela. Para muchos resultó ser un alarde de sinceridad, de un ... arrebato de nuestro Rey que ya estaba más que cansado de que Chávez insultara de manera tan soez a quien había sido presidente del gobierno español antes que Zapatero pero, para otros, un delicado desliz diplomático.
Me ha venido de nuevo a la memoria porque otra vez hemos vuelto a ver a nuestro presidente, tan ufano de sí que se le salía por fuera del cuello de la camisa la arrogancia y la soberbia, afirmando con su natural postureo que íbamos a ser el primer país en ponernos la vacuna contra este dichoso Covid. Bueno, se autocorrigió y siguió diciendo, pero ya con menos ganas, que España y que Alemania íbamos a ser los primeros países en disponer de la vacuna y en administrársela a sus ciudadanos.
Pues bien, otra vez, remedando aquel dicho taurino del 27, que se ha ido haciendo un hueco en el hablar coloquial, ha podido quedar Sánchez otra vez como Cagancho en Almagro porque, si no he escuchado mal lo que decían en la tele anteayer 3 de diciembre, ahí está el portal de TVE 1 la televisión más pública del Estado para confirmarlo, los primeros que van a poner la vacuna van a ser los británicos a partir de la próxima semana.
Caramba con la pérfida Albión que ha estado ahí callada entreteniéndonos con lo de su Brexit y su Oxford para dejar ahora otra vez en su sitio de faltar a la verdad al presidente Sánchez cuando se ha querido arrogar el papel de ser el primero que pondría la vacuna ¿Por qué no te callas?
Y es que este hombre se tira al pilón una y otra vez sin saber si se lo han llenado o no y así miente más que habla porque, de seguro, su asesor, con tal de ganar posible rédito electoral de futuro, le lanza al ruedo como le pasó a aquel torero de nombre Cagancho en aquella aciaga tarde del 26 de agosto de 1927 en Almagro. Y eso que su antecesor, el recordado Rubalcaba, uno de los últimos socialdemócratas españoles, dejó dicho aquello de que «los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta».
Hemos pasado por lo de no poder dormir tranquilo con los de Podemos en el gobierno, con lo de jamás, pero jamás, ¿eh?, jamás pactaré con Bildu, con lo que de somos el país que ha tenido el confinamiento más severo del mundo, (que no sé la cara que le pondría al embajador chino cuando se lo encontrara), hasta decirnos en junio que ya habíamos vencido el virus, sí, pero me da a mí que las cosas a lo mejor hasta pueden cambiar con esto de no creer nada de lo que dice porque, verán ustedes, ahora tiene ya por fin sus presupuestos hilvanados con los más y los menos, desde la derecha vasca hasta los más acendrado del aldeanismo de los partidos independentistas, apoyado por esa marea de izquierdas a los que les une su total desafecto por los demás y todo eso, bien aliñado, puede dejar un viso de que la cosa le pueda salir por años a estos «socialistas sanchistas» que nada tienen que ver con la socialdemocracia europea ni neozelandesa.
La dolorosa y larga pandemia que nos ha llevado a los españoles hacia este largo sopor social, tanto a determinados partidos como a tantos particulares, le ha permitido gobernar por la vía del decreto y con un parlamento despoblado durante todos estos meses en los que no viene azotando esta crisis sanitaria para sacar corriendo y mientras está durando el mal algunas leyes que le van a él muy bien como, por ejemplo, la de educación, o esbozar que quiere cambiar el único poder que le queda por dominar, el judicial, o, ahí lo tienen, enseñar a los medios cómo se puede informar al público sin perturbar al gobierno. Todo eso está hecho ya así que, si ha vivido este año con la pandemia y estos dos años con el presupuesto de Montoro, por qué no va a poder vivir otros tantos prorrogando el que ahora apruebe y no depender así de esos aliados que tiene en la derecha vasca, los «podemitas» y sus mareas o los independentistas. Todo suyo desde enero, con ellos o sin ellos; para él su presupuesto y para nosotros los recortes y los impuestos, especialmente los que nos vendrán por la vía indirecta y, así, hasta el final al que nos quiere llevar, ya que las izquierdas, está visto, para lo que quieren, se unen, pero las derechas, para lo que quieren, también está visto, bien que se desunen.