Enrique García-Agulló
Guerras de conquista y esclavitud
Con la que está cayendo en el mundo, salen a la palestra las ilustres izquierdas de este país, rancias y antiguas, y se ponen ahora a pontificar sobre las perversiones esclavistas de los españoles
Con la que está cayendo en el mundo y muy especialmente en España con todo esto del Corona Virus, salen a la palestra las ilustres izquierdas de este país, rancias y antiguas, y se ponen ahora a pontificar sobre las perversiones esclavistas de los españoles ... en la misma senda de las críticas que ya levantaron cuando el V Centenario del descubrimiento que hiciera Hernán Cortés de Méjico, imperio que pocos años antes había sido ganado en guerra a sus nacionales por los aztecas. Dos hemisferios que habían crecido durante siglos sin saber uno del otro y que en 1519 se encontraron.
Guerras ha habido siempre y, por desgracia, guerra habrá siempre mientras este mundo nuestro en el que vivimos no sepa hacerlo de otra manera. Y las guerras han sido por muchas y variables razones, por cuestiones dinásticas unas, otras por religión, por el simple afán de querer quitarles a otros sus territorios o por alcanzar la supremacía del poder económico y político. Y la esclavitud se ha movido entre las guerras amén de entre las miserables cazas de seres humanos para llevarlos como bestias a los mercados y venderlos donde los compraban 'ilustres' personajes en aras de sacarle a su riqueza el mayor rédito hasta sus más altas consecuencias. Y los perdedores de esas guerras, cautivos de sus vencedores, sabían que sólo tenían como horizonte la muerte o la esclavitud.
Nos gusta mucho admirar las pirámides de Egipto, pero son un visible monumento a la esclavitud de los que tuvieron que construirlas. Nos gusta mucho rememorar la democracia de los griegos, pero aún sigue saliendo en los crucigramas la voz 'iIota' esclavo de los lacedemonios. Admiramos el magnífico legado del Imperio Romano pero no nos fijamos tanto en cuántos esclavos convirtieron a los pobladores de sus tierras conquistadas.
A muchos autodenominados 'progres' les ha encantado presumir de la kufiya palestina pero, sin embargo, no han sido capaces de ser críticos con aquella 'yihad' que en el siglo VII emergiera de la lejana Siria y nos tuvo conquistados y cautivos a los hispanos casi ochocientos años más. Como vestir camisetas con la efigie del Che y callar tantas sentencias de muerte dictadas desde el Castillo de La Cabaña, conmilitón de todos esos barbudos de una dictadura que en pleno siglo XX todavía recluía a los homosexuales en campos de concentración para su 'reeducación'.
Han defendido estos progres siempre las supuestas bondades de los soviéticos pero callan ante aquellas ocupaciones no tan lejanas en el tiempo que atenazaron las libertades de las naciones del Báltico o del Mar Negro donde aún siguen defendiéndose los ucranianos a los que los rusos les han quitado Crimea, o de todos esos viejos reinos que fueron de la Europa del Este así como de tantos otros territorios 'tuchistitán' de su Oriente antaño subyugado. Tampoco se les ve condenar las guerras de conquista de la República Popular de China que se ha tragado el legendario Reino del Tibet al que siguen hoy sometiendo. Ni por tantos movimientos africanos dizque revolucionarios en los que aún hoy sus guerrilleros siguen robando mujeres y niños como, hasta no hace nada, los esclavistas musulmanes ejercían su supremacía sobre tantos pueblos subsaharianos y, hoy, en las pateras.
Para nuestro dolor de occidentales ahí están en la cercana historia todas esas compañías traficantes de seres humanos lideradas por portugueses, británicos, franceses u holandeses. Y también las Compañías de Negros españolas, aunque en menor medida. En este solar patrio nuestro hubo esclavos antes de Atapuerca y hasta Cuba o Puerto Rico, pero eso se acabó hace tiempo porque se alzaron voces de buenas personas con sentimientos y valor que consiguieron por fin abolir la esclavitud. ¿Y ahora de todo esto tienen la culpa Miguel de Cervantes que el pobre la padeció en sí mismo, Cristóbal Colón que abrió al mundo la Mar de Occidente o Fray Junípero Serra por construir misiones en el sur occidental americano tratando de dignificar la vida de sus naturales a los que fueron masacrando los blancos americanos, esos que por sus guerras de conquistas también cogieron Texas, Nuevo Méjico y todo el Sur novohispano de su actual país y que hoy celebrarán su 4 de julio? ¡Vamos, anda, quien no te conozca que te compre!