Enrique García-Agulló

¿Qué está pasando ahora en Canarias?

Quisiera llevar con las primeras palabras y mi condolencia con las familias de los desafortunados inmigrantes que han perdido la vida hace unas pocas horas en las costas canarias

Enrique García-Agulló

Quisiera llevar con las primeras palabras de estas líneas mi pesar y mi condolencia con las familias de los desafortunados inmigrantes que han perdido la vida hace unas pocas horas en las costas canarias, prácticamente a escasos metros de la rocosa orilla. Como también por ... todas esas criaturas que han acabado en el fondo del mar frente a las costas libias hace también muy pocos días, así como por todos los que le han precedido en tan duro y cruel destino. Lágrimas y dolor por unos muertos que nunca hemos podido conocer pero que han vivido no hace tanto en este mundo, emigrantes que nunca llegaron y a los que la mar se tragó, a los que pocos han llorado en su viaje solitario hacia la muerte. Tristes imágenes, tristes, sí, pero más tristes por ver cómo la vida se acaba en el deseo de querer alcanzar otro mundo pero más tristes aún, airadamente tristes y enfadados por todos esos actuales negreros, verdaderos traficantes de seres humanos que, por un puñado de monedas o por un buen montón de billetes, tantas veces empeñados en origen por familias endeudadas hasta el extremo, se cobran el valor de esas pobres vidas, unas ahogadas en la mar, otras abandonadas en la tierra.

¿Qué pasa en Canarias con la emigración que día por día está desembarcando en sus costas? ¿De dónde salen, de dónde vienen y a dónde quieren ir todos esos jóvenes que noche tras noche, día tras día, arriban a sus islas? Todos esos jóvenes magrebíes y subsaharianos que dicen que han pagado un pastón por llegar hasta aquí y que han podido desembarcar, que la Cruz Roja les acoge y que el Gobierno, que los llama migrantes porque parece que suena menos doloroso que inmigrantes, que ya parece llevar cuota parte implícita de ilegales, ni emigrante, que nos recuerda a los españoles experiencias vividas no hace tanto, los está alojando en hoteles o en campamentos que antaño fueron militares cuando no los amontona en los muelles. ¿Por qué dejaron en sus países de origen?

Muchas veces los vemos en la calle vendiendo sus gafas, sus paraguas o sus camisetas o los vemos acercarse a alguna terraza mientras tomamos el aperitivo con sus productos diz que artesanales enrollados en sus brazos o transportados en sus cabezas. ¿A quiénes les tendrán que dar cuenta de esas ventas, qué podrán sacar de ellas y qué sacarán quienes les encargan las ventas? Y encima se les discute y regatea sus ya cortos precios, lo que no haríamos nunca con una vendedora de unos grandes almacenes o al pagar la cuenta de lo consumido en esa mesa. Y, digo yo, ¿eso es lo que queremos para estas criaturas, que trabajen sin papeles, sin su seguridad social, sin sus beneficios sociales, sin su jubilación y sin que puedan reunir lo que aún deban pagarle al tratante que les trajo en el cayuco? ¿Regateándoles el precio y no ofreciéndoles un digno contrato laboral con sus derechos, sus sindicatos y sus protecciones?

Dos consideraciones finales ante esta inmigración forzada que accede a nuestro país en estos tiempos. Una, dejándoles sin coberturas ni protección, favorecer el bolsillo de los mafiosos que les engañaron para cruzar los mares. Otra, dejar que, poco a poco, todos estos jóvenes vayan tomando plaza en nuestro suelo casi como aquellos aquellos que entraron por la noche en Troya en su caballo de madera. Pero, por encima de todo, no nos queremos dar cuenta de que, cada vez más, fomentamos más el despoblamiento de sus naciones de sus mejores brazos, de sus mejores inteligencias, en vez de ayudarles a crecer como han ido creciendo nuestras sociedades porque estamos deshojando las ramas de sus árboles para que no puedan dar ya fruto y se sequen en sus áridos paisajes para siempre. Estamos apartándolos de su entorno familiar y de su sociedad para que no crezcan sus países. ¿Es eso solidaridad o no querer mirar y dejarnos engañar para seguir viviendo mejor sin pensar en el problema de raíz?

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