Post OTAN
Estupefacción, cuando no pavor, al saber en manos de quien tenemos en la presidencia de este gobierno espacial de unos contra otros
Muchas cosas han pasado estos días con la OTAN. Y con Melilla. Y muchos lo han contado ya. Una Asamblea bien arranchada frente al cruel expansionismo ruso incorporando socios nuevos como Suecia y Finlandia, donde los turcos han jugado bien su papel y no sé ... si España lo ha logrado con lo de Ceuta y Melilla. Una ajustada organización, una adecuada selección de espacios, una buena seguridad o un aguante fino de los madrileños, pero también especialmente con peloteo a Biden, el ‘Boss’, a quien se le ha ido colocando siempre el primero entre los pares. Pero, la verdad, la cosa parece que ha salido bien.
Esto y otra cosa son las que me han llamado la atención esta semana. Una, la repetición hasta lo infinito del adjetivo histórico por Sánchez y sus obedientes ministros (porque a los desobedientes no se les ha escuchado decir eso ni por asomo) que, por ende, han copiado hasta el hartazgo televisiones y radios, reiteración para mí un tanto cansina una y otra vez, minuto tras minuto o programa tras programa.
Todo ha sido histórico. La Asamblea, el plan de seguridad, la incorporación de nuevos países, la visita de Biden, los acuerdos tomados y hasta eso del eufemismo de la integración territorial sin querer nombrar explícitamente Melilla y Ceuta. Todo histórico que, según lo entienda la Historia, lo será o no y en más o en menos, más allá de un hito en la relación cronológica de las asambleas de este Instituto dizque defensivo. Pero hay que admitir que ha sido una reunión singular porque ha convocado a todos los pueblos occidentales del Atlántico Norte, americanos y europeos, herederos de una misma cultura cristiana y liberal, porque han incorporado a esos dos nuevos fichajes y porque todos, en un mismo afán, le han plantado cara a Putin advirtiéndole que, a este lado del Mundo, desde la paz y el sosiego, se ha preparado la defensa. ‘Igitur, qui desiderat pacem, praeparet bellum’.
Pero resulta desconcertante que en un país como el nuestro en el que se ha hurtado la Historia de los programas de estudio, se haya mostrado como lo mejor de la nuestra el Museo del Prado, el Real Sitio de La Granja o el Palacio Real, donde sus piedras y su contenido hablan de una larga historia que ya muchos dejarán de conocer. Y si a mí me desconcierta no vean cómo tienen que estar de mosqueados los independentistas catalanes o vascos con ese recorte en la Historia llevando los años que llevan inventándose una propia para decir que ellos no son españoles.
En fin, incongruencia de un gobierno sobrado de pantallazos que también durante estos días ha creado un ejército espacial. Por cierto, ¿se acuerdan ustedes de la pintada que había en la carretera al salir de Chiclana donde se decía, «si te ‘sumba’ el oído, te ‘escuchan’ la NASA con láser»?
Y la otra. Estupefacción, cuando no pavor, al saber en manos de quien tenemos en la presidencia de este gobierno espacial de unos contra otros. Resulta que el presidente hizo unas declaraciones sobre el último salto a la valla por Melilla que parecían presuntamente como de agradecimiento por la colaboración llevada a cabo por los marroquíes y, horas después, cuando la suma de los fallecidos creció hasta donde se ha podido saber, va y nos dice que aquellas primeras declaraciones las hizo sin ver las imágenes… O sea, que en asuntos tan serios como el de varias decenas de muertes violentas por querer entrar unos inmigrantes en España, se le va la lengua para hablar desde su situación presidencial sin estar seguro de lo que dice. ¿Quién nos gobierna, cómo nos podemos fiar de quien habla así desde un puesto de tanta responsabilidad?
Mientras España sigue con la ratio de desempleo mayor de Europa, con el Covid creciendo, los precios disparados y la inflación ya al 10,2 por ciento…