OPINIÓN

Encuentros

Si en lo evidente no dudan en engañarnos, qué no harán con lo que nuestros ojos no alcanzan

Ramón Pérez

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Tras nueve horas de fatigoso viaje en un Talgo de otro siglo, llego a la estación de Santa Justa. Allí me recibe Susana Díaz con toda su sonrisa desplegada en la imagen fantasma de un panel luminoso electoral. La noto alegre pero extraña. Me detengo ... a observar su rostro un instante y descubro la manipulación del fotoshop. Si en lo evidente no dudan en engañarnos, qué no harán con lo que nuestros ojos no alcanzan. Una estilización del talle y una rebaja mandibular de tal calibre que dejan a la candidata lista para vérselas con la top model más cotizada.

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