Empieza el espectáculo

El show vivido en el proceso de investidura de Pedro Sánchez es solo el preámbulo de lo que se avecina en España

«Me importa un comino la gobernabilidad de España ». Esta frase pronunciada este martes en la tribuna de oradores del Congreso por la portavoz de ERC, Montserrat Bassa, resume a la perfección los dos días de debate para investir a Pedro Sánchez como ... presidente del Gobierno. La portavoz parlamentaria de Esquerra Republicana habló con las vísceras, pero también con un corazón retorcido porque entiende que su hermana, la exconsellera Dolors Bassa, se encuentra en prisión por la represión que ejerce España sobre Cataluña en el proceso independentista. Este es uno de los aliados que ha buscado elPSOE para poder investir a Sánchez presidente por la mínima. Resulta complicado entender el argumento que ha llevado a los socialistas a defender su alianza con separatistas y nacinalistas vascos. El PSOE insiste en que España saldrá del pozo a través del diálogo pero, precisamente, son sus aliados los que no quieren dialogar con nadie. Se trata de un diálogo forzado, impuesto, mas bien un chantaje con condiciones no negociables sobre la mesa.

La situación política y, también, la económica, que se le viene encima a nuestro país con este gobierno sociopopulista, apuntalado por independentistas, es complicada. De hecho, cualquier reforma legislativa que se trate de llevar a pleno a la Cámara Baja o, incluso, los presupuestos, por poner un ejemplo, van a necesitar de un largo debate parlamentario para poner de acuerdo a tantos actores en el Congreso. Cada uno exigirá su parte y su contraprestación por el apoyo a Sánchez en la investidura, lo que repercutirá negativamente en la tarea de gestión y legislación del nuevo Gobierno. Estamos abocados, por tanto, a unas nuevas elecciones a corto plazo aunque todo apunta a que los partidos del frente constitucionalista (PP, Vox y Ciudadanos) tratarán por todos los medios de extender la legislatura con el ánimo de abrasar a Sánchez y demostrar que el experimento populista ha sido un fracaso. Otro de los aspectos a tener en cuenta en esta nueva etapa política que afronta España es la de un gobierno bicéfalo, es decir, por un lado la gestión que lleve a cabo Sánchez y, por otra, la presión que trate de hacer su ahora mano izquierda, Pablo Iglesias, que no perderá ninguna oportunidad para sacar rédito político de sus acciones.

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