EL APUNTE
El ejemplo de Teresa Rodríguez
Su caso tendrá utilidad si se convierte en una referencia para que otras mujeres puedan actuar igual
Los dirigentes públicos tienen la obligación de la ejemplaridad. Muchas veces lo olvidan y tenemos cientos de casos que lo demuestran. Pero la ruptura de ese compromiso por los comportamientos individuales nunca cuestiona el imperativo común. De ahí que la resolución que ayer afectó a ... la portavoz del grupo parlamentario Adelante Andalucía y coordinadora regional de Podemos, la gaditana Teresa Rodríguez, llegue mucho más allá de un episodio particular. Se trata de un precedente, de un marco en el que otras mujeres puedan sentirse identificadas para actuar, si lo consideran, de la misma forma. La roteña, parlamentaria regional, dijo en sede judicial que se sintió «humillada» y «agredida» física y moralmente cuando el empresario sevillano Manuel Muñoz Medina le puso la mano en la boca y simuló darle un beso el 20 de diciembre 2016 en el marco de una visita a un acto institucional a la Cámara de Comercio de Sevilla y tras el cual fue invitada a conocer el despacho del presidente de este organismo. La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla le ha dado la razón en esta causa. La burda y zafia excusa del acusado, que siempre ha insistido en que se trató de una broma y que incluso tuvo el grosero gusto de referirse al origen gaditano de la denunciante para justificar su presunto chiste, ha quedado deslegitimada. Por más que ha reiterado sus disculpas públicas a la dirigente de la formación morada, la Justicia ha entendido que no había nada de humor en su actuación y que era Teresa Rodríguez la que tenía razón al considerar ese sorprendente pasaje como una «humillación» y una «agresión». Teresa Rodríguez, como tantas mujeres en situaciones similares, dijo sentir «miedo» por estar arrinconada por tres hombres que no conocía de nada. Teresa Rodríguez asegura que donará los casi 14.000 euros de la multa a la que ha sido condenado el empresario y ha incidido en la importancia de saber valorar el tipo de delitos. «Abuso es verte dentro de una situación de contenido sexual, me humilló y me hizo pasar por una situación en la que yo no quería haber entrado. Sin mi consentimiento. Es importante que esto se sepa porque lo que a las mujeres nos puede parecer una menudencia, porque nos han acostumbrado a ello, es un delito y se puede denunciar ». Su caso lo ha dejado claro y ha servido, por tanto, como ejemplo. Lo que siempre deberían hacer los representantes públicos.
