El Apunte

El efecto llamada de la ayuda social

El Ayuntamiento habla de colapso en el auxilio a los necesitados tras hacer bandera de su situación

Resulta difícil encontrar una explicación lógica al «preocupante colapso» que según la propia Delegación Municipal de Asuntos Sociales sufre el Ayuntamiento para ofrecer ayudas, especialmente en el apartado de atención a los ancianos a domicilio (183 solicitudes nuevas que deben tramitar sólo tres personas). El gobierno local admite que no tiene personal para dar curso al creciente aluvión que le llega a diario y cabe preguntarse qué ha provocado esa situación.

La primera percepción es que el envejecimiento de la población en la ciudad es rápido y tiene consecuencias graves. Pero tampoco ha podido acelerar tanto en los últimos seis meses, cuando el Ayuntamiento localiza el problema. Otra opción es la mala gestión. Aunque el nuevo equipo culpe de todo a los predecesores, ya lleva un año con la responsabilidad y si ha detectado que falta personal es su obligación corregirlo cuanto antes. Como tercera posibilidad (quizás se trate de una combinación de las tres) aparece que el Ayuntamiento haya hecho bandera de la ayuda social como única prioridad. Eso de hablar de la gente a la que hay que sacar de la pobreza con las ayudas como única opción puede entenderse como un aliciente para solicitarlas en mayor medida.

Sin ir más lejos, cuando se daba a conocer el primer proyecto presupuestario del nuevo Ayuntamiento, sus miembros insistían una y otra vez en la política social, las ayudas, el auxilio económico, los subsidios o sus remedos municipales como prioridad máxima, casi exclusiva. «Son los presupuestos más sociales de la historia de Cádiz» acuñaron como lema.

Con ese gesto, obviaban una premisa innegociable: el objetivo es que cada año sean necesarias menos ayudas para alquileres, luz o alimentación, para material escolar o sanitario, para asistencia domiciliaria. El objetivo es que cada año, cada vez menos gaditanos necesiten las muletas, sean municipales, autonómicas o estatales. De nada vale proclamar un gasto enorme en ayudas. De nada sirve declararse el más social. Viene a ser el certificado de que los problemas permanecen intactos tantos años después. Peor aún, crecen.

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