Eduardo Moyano
Selección y fraude de los telepredicadores
Hay charlatanes que se disfrazan de predicadores para atraer a miles, millones de incautos que, hipnotizados les entregan todo lo que tienen
Hay charlatanes que hacen de su facilidad de palabra y capacidad de seducción una carrera llena éxitos y dinero. Hay charlatanes que se disfrazan de predicadores para atraer a miles, millones de incautos que, hipnotizados les entregan todo lo que tienen.
Es lo que ocurrió ... en Estados Unidos en los años setenta y ochenta con el matrimonio formado por Tammy Faye y Jim Bakker que hicieron una enorme fortuna con sus shows televisivos dirigidos al público cristiano.
El director Michael Showalter ('La gran enfermedad del amor') nos introduce en el mundo de los telepredicadores que tanta influencia tuvieron en Estados Unidos y en muchos países latinoamericanos en 'Los ojos de Tammy Faye' un biopic sobre este peculiar matrimonio que, mediante engaños, llegó a fundar su propia cadena de televisión y un parque temático buscando que las familias cristianas acudiesen con sus hijos. Sus mensajes de amor y prosperidad atrajeron a millones de personas, incluso a altos representantes políticos que apoyaron sus mensajes, pero con el tiempo se descubrieron las innumerables irregularidades financieras en que habían caído y los crecientes escándalos protagonizados por la pareja.
Tammy Faye, está interpretada por una mayúscula Jessica Chastain que, parece una clara aspirante al Oscar y Jim Bakker, también excelente, por Andrew Garfield. Ambos están irreconocibles con la caracterización a que se han sometido y los dos son el principal sustento de la película. 'Los ojos de Tammy Faye' cuenta el ascenso, caída y finalmente redención de una pareja carismática, siempre, en el caso de Tammy con una eterna sonrisa y unos ojos realzados por unas pestañas enormes que fueron su principal seña de su identidad. Un personaje auténtico que no parecía ser muy consciente de su falsedad e inconsistencia. Estaba convencida de que todo lo hacía correctamente y que el poder y el dinero que acumulaban era un regalo de Dios por la labor que hacían atrayendo a los fieles
Esa capacidad de seducción es lo más interesante de esta cinta, esa capacidad para convencer a tantas personas que confían ciegamente en ellos, aunque el fraude pueda parecer evidente. Seguramente no fueron los únicos y que son muchos los charlatanes que han encontrado la manera de atraer a miles de personas y alcanzar pingües beneficios. En Estados Unidos los hemos visto con asiduidad en el western y sin ir más lejos recuerdo al predicador de 'La balada de Cable Hughe', de Sam Peckinpah que daba la vuelta al alzacuellos, cada vez que quería seducir a una mujer; o a Jean Simmons, una religiosa que es utilizada por Burt Lancaster que utiliza su don de palabra para engatusar a la gente en un clásico como 'El fuego y la palabra'.
Incluso un realizador español como Bigas Luna se sintió atraído por la fuerza y el poder de los predicadores y se fue a Estados Unidos a rodar 'Renacer' en que ahondaba en ese mundo y en su parte más corrupta, con Dennis Hooper en el papel principal.