Eduardo Moyano

El olvido que seremos

Es la historia de un hombre bueno, de un hombre comprometido con los más necesitados

Eduardo Moyano

Si hay un libro en el que ha habido unanimidad en la critica para resaltar su calidad literaria y humana ese es «El olvido que seremos», del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, quién narró fragmentos y recuerdos de la vida de su familia en Medellín ... y en particular de la gran admiración y cariño que sentía por su padre, asesinado por paramilitares en 1987-

«El olvido que seremos» es la historia de un hombre bueno, de un hombre comprometido con los más necesitados que, fue víctima de los extremismos tanto por parte de los sectores más conservadores como por los partidarios de la lucha armada. No se permitió que un médico, profesor universitario y activista pro derechos humanos pudiese levantar su voz contra cualquier tipo de injusticia como podría ser dotar de agua potable a los barrios más pobres, promover campañas de vacunación o que los niños de los barrios marginales recibiesen un litro de leche para paliar su desnutrición. Leyendo «El olvido que seremos» (Alfaguara.2017) aunque hubo una edición anterior (Seix Barral.2005) , parecía complicado llevarla al cine, pero mi sorpresa ha sido más que positiva al ver la versión del mismo título dirigida por Fernando Trueba, con guion de su hermano David.

«El olvido que seremos», en imágenes, se sustenta no solo en la destreza como director de Fernando Trueba, si no en el guion construido por David que ha sabido hacernos cercana a una familia que se movía con un espíritu libre y critico en la ciudad de Medellín de los años de plomo. La fotografía en color muestra los momentos más luminosos de la familia y cambia a blanco y negro cuando Héctor Abad Gómez comienza a recibir amenazas de muerte y presiones por sus actividades como defensor de los derechos humanos.

Javier Cámara, que ha sido capaz de hacer suyo el acento colombiano de Medellín, representa en la pantalla a ese hombre bueno que su hijo quiso reflejar en el libro como reconocimiento a la dedicación que tuvo con todos. Fernando Trueba ha captado esos sentimientos en la pantalla quizá, porque como ha dicho en alguna entrevista, la familia de los Abad le recordaba a la suya propia, ya que también pertenecía a una familia numerosa y a un ambiente tan abierto como el que se narra en la película.

En «El olvido que seremos» viviremos la infancia, la juventud y los momentos previos al asesinato del padre. Son ráfagas que definen el rápido trascurso de la vida. Recuerdos que van y vienen en ese «Olvido que seremos», el primer verso de un poema de Borges que Héctor Abad Gómez, siempre llevaba en el bolsillo de su chaqueta. Es un gran libro, pero no tengo duda de que también es una gran película.

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