Eduardo Moyano - OPINIÓN

Un hombre llamado Pedro Olea

Los documentales tienen difícil su exhibición en salas y salvo excepciones, solo algunos llegan a las grandes ciudades

EDUARDO MOYANO

Los documentales tienen difícil su exhibición en salas y salvo excepciones, solo algunos llegan a las grandes ciudades. Cádiz mantiene la tradición de 'Alcances' donde tiene cabida anualmente lo más destacado del cine documental y es un referente para conocer las grandes películas que se ... hacen dentro de este género cinematográfico que abarca las más diversas temáticas .

He visto estos últimos días 'Olea…¡Más alto!, un acercamiento a la carrera del director bilbaíno Pedro Olea que no deja de ser un homenaje a una época, a una manera de entender el cine, de sortear todas las dificultades, incluida la censura, para llegar a las salas.

El documental, dirigido por Pablo Malo, radiografía a uno de esos cineastas imprescindibles del llamado tardofranquismo y la transición. Olea, autor de una veintena de películas, hizo suya la frase de Orson Welles : «El cine es el mejor tren eléctrico que te pueden regalar».

Así lo ha entendido siempre y lo apreciamos en este biopic en que es protagonista junto a algunos de los actores que intervinieron con frecuencia en sus películas como Concha Velasco y José Sacristán o el desaparecido José Luis López Vázquez, cantantes como Joan Manuel Serrat o Víctor Manuel, productores, críticos y demás gentes del mundo del cine.

Precisamente con Víctor Manuel rodó en Bruselas un documental sobre su carrera en la que intervinieron muchos emigrantes que vivían en aquellos años en la capital belga. La emigración no era un tema que gustase demasiado al franquismo y había escasa difusión como lo demuestran las pocas películas que se hicieron sobre el tema. Aquel documental no fue una excepción y acabó pasándose en la madrugada de TVE, a una hora intempestiva, bastante después de haberse rodado.

Anécdotas de este tipo quedan reflejadas en 'Olea…¡Más alto!, en que el cineasta recuerda la enorme admiración que sentía por sus profesores en la Escuela de Cinematografía como Carlos Saura y Luis García Berlanga. El documental, para cualquier amante del cine español, es una delicia y la manera de recordar muchas de las películas que realizó, Pedro Olea. Títulos como 'El bosque del lobo'(1969), 'No es bueno que el hombre esté solo'(1973), 'Tormento'(1974), 'Un hombre llamado flor de otoño'(1977), 'El maestro de esgrima'(1992) o 'Más allá del jardín' (1997)según la novela de Antonio Gala, con la que consiguió uno de sus mayores éxitos.

Cinco décadas con el cine como protagonista, pero también reflejo de la vida política y social de una época no tan lejana.

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