Eduardo Moyano
El genocidio de Ruanda. Cuando el mundo miró para otro lado
'Pequeño país' es la historia de un niño que conoció la guerra y que cuando creció nunca pudo olvidarla
Cuando hablamos de genocidios siempre tenemos en la cabeza la masacre cometida por los nazis contra el pueblo judío. El cine ha sido extremadamente generoso para narrar de múltiples formas todas las atrocidades cometidas por los nazis antes y durante la II Guerra Mundial. Sin ... embargo, hay otros genocidios que apenas tienen media docena de títulos conocidos por el espectador y de los que las nuevas generaciones casi no tendrán constancia.
Una de las mayores atrocidades cometidas por los seres humanos tuvo lugar en Ruanda, en 1994, cuando los hutus, la etnia que estaba entonces en el poder, asesinó salvajemente en apenas cien días, a más de medio millón de tutsis , la otra etnia dominante en el país. “Hotel Rwanda”(2004) fue la referencia cinematográfica y el testimonio de lo que ocurrió. Hay otros títulos mucho menos conocidos como “100 días”, “El día que Dios se fue de viaje” o “Disparando perros” que también han dejado constancia , generalmente recogiendo las opiniones de quienes fueron testigos directos de aquel apocalipsis. Por eso son de agradecer películas como “Pequeño país”, dirigida por el realizador francés Eric Barbier y flamante ganadora del Barcelona Film Festival. Basada en el libro autobiográfico, del mismo título de Gabriel Fayé que ha tenido un enorme éxito en Francia donde ha vendido más de setecientos mil ejemplares, “Pequeño país” recuerda aquel genocidio a través de la mirada un niño de 10 años que asiste atónito al derrumbamiento de su mundo infantil, lleno de travesuras y aventuras en Burundi, limítrofe con Ruanda que fue testigo y después parte de los asesinatos indiscriminados que se produjeron en la región.
Fayé, que también es un conocido rapero recuerda su niñez en Bujumbura, en casa de sus padres, él francés y ella refugiada tutsi ruandesa. En sus páginas, como en la película, se deja constancia de los asesinatos de los familiares, amigos o criados que conoció en su infancia.
El director Eric Barbier describe con delicadeza cada momento y solo, en muy contadas ocasiones, deja ver al espectador alguna secuencia violenta . Recuerda momentos históricos como la inacción de las fuerzas de Naciones Unidas y la pasividad de la comunidad internacional o el papel que jugaron los medios de comunicación locales y en particular la radio ruandesa para animar al aniquilamiento de los tutsis.
“Pequeño país” es la historia de un niño que conoció la guerra y que cuando creció nunca pudo olvidarla . Quiso recuperar sus fantasmas en un libro que se ha convertido en película y que permite mostrar la desolación y la tristeza de un niño, de cualquier niño, ante la violencia que crece indiscriminadamente ante sus ojos. La película tiene una duración algo menor a las dos horas, pero los últimos siete minutos, sobre los títulos de crédito, reproducen algunas canciones y poemas escritos por Gabriel Fayé que describen todo el amor, pero también todo el dolor y tristeza por el país que tuvo que dejar atrás.
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