Eduardo Moyano
Contra las dictaduras
Eleanor, cuya vida ha sido llevada ahora al cine en ‘Miss Marx’, fue una mujer trasgresora, que siempre quiso vivir a su manera, sin atarse a ningún canon
Eleanor Marx, la hija de Karl Marx, fue en el último tercio del siglo XIX una mujer profundamente activa en defensa del socialismo y el feminismo, convirtiéndose en una pionera de la fusión de ambos movimientos. Eleanor, cuya vida ha sido llevada ahora al cine ... en ‘Miss Marx’, fue una mujer trasgresora, que siempre quiso vivir a su manera, sin atarse a ningún canon. Tenía fuertes convicciones, pero, al mismo tiempo, fue una mujer muy frágil a nivel emocional. Contrasta profundamente como defendía vehementemente sus ideas en una sociedad patriarcal y como, paralelamente, se sometía a su marido Edward Aveling, quién dilapidaba alegremente su dinero mientras le era infiel de manera casi compulsiva. Eleanor no le recriminaba nada y siempre se mostró unida a él a pesar de su actitud y de que acabó arruinándola por completo. En este biopic muy ‘sui generis’, de la directora italiana Susanna Nicchiarelli, asistimos a la postrera relación de Eleanor con su padre en los últimos meses de su vida y en especial con Friedrich Engels, correligionario de Karl Marx en la teoría marxista.
Una teoría que tuvo gran repercusión en el siglo XX inspirando, entre otras, la Revolución Rusa de 1917 pero, las tesis de Marx y Engels acabaron siendo tergiversadas por los diferentes regímenes que se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Era necesaria la transformación de la sociedad, pero, los regímenes comunistas han acabado derivando en estados totalitarios. Comento esto al hilo de otro gran estreno de esta semana, ‘Queridos camaradas’, del ruso Andrei Konchalovsky que relata como en 1962, en una Unión Soviética presidida por Nikita Jrushchov, decenas de obreros murieron víctimas de la represión en Novocherkask. La ciudad fue aislada para que bajo ningún concepto trascendiera lo que allí había ocurrido, algo que nos recuerda a un hecho algo más reciente como fue la tragedia nuclear de Chernobil, que ha dado origen a una excelente serie que recomiendo en estas líneas.
Los protagonistas de ‘Queridos camaradas’ también son ajenos a la realidad. Tienen a Stalin como modelo sin conocer las atrocidades que se cometieron durante su mandato y firmes en la idea de que un pueblo no puede alzarse contra el estado soviético porque es enfrentarse al propio pueblo. La transformación la vemos a través del personaje femenino protagonista, una mujer convencida y activa defensora del régimen que no comprende como el ejército, en realidad fueron francotiradores de la KGB, dispara contra el pueblo que ve como suben desorbitadamente los precios de los alimentos al mismo tiempo que se rebajan los salarios.
Muertos en las morgues y otros enterrados de forma anónima, entre los que puede estar su hija que participó en las manifestaciones. ‘Queridos camaradas’ está rodada en un espléndido blanco y negro que refleja la oscuridad de una dictadura ajena a cualquier reivindicación y que da el tono claustrofóbico adecuado para mostrar la crueldad de aquellos sucesos ejecutados desde el Soviet, de la manera más fría posible para acabar con cualquier tipo de reivindicación.
Teoría y práctica. Esta semana el cine desprende aroma marxista.