Eduardo Moyano
Cine para olvidar, cine para recordar
En la ceremonia de los Oscars se ninguneó a «El padrino» en su cincuenta aniversario
Me comentaba el otro día Yolanda Flores, en la retrasmisión de los Óscar del mamporro, en RNE, que una noche, haciendo zapping, se encontró con Marlon Brando y su «Padrino» película que había visto ya en otras muchas ocasiones pero que no pudo resistirse y ... sucumbió a las imágenes de la familia Corleone, una vez más.
Creo que a todos nos ocurre exactamente igual, cuando nos encontramos frente a una obra maestra ya sea un cuadro, una melodía o un libro que marcó nuestras vidas. Hay películas que siempre estarán en nuestros recuerdos que avivamos cuando tenemos ocasión de volver a verlas, aunque sea de forma casual.
De los Óscar de este año solo nos quedará el mamporro porque cine, lo que se dice cine, más bien lo justo. Eso sí en la ceremonia se ninguneó a «El padrino» en su cincuenta aniversario con la presencia un tanto forzada de tres de sus artífices: el director Francis Ford Coppola, al que no le dieron ni un minuto para expresarse y dos de los actores, personajes clave en la saga , Robert de Niro y Al Pacino que no dijeron ni palabra. La Academia debió decidir que no eran necesarios los agradecimientos o quizá, en el peor de los casos,que la mayor parte de los académicos no conociera la grandeza de «El Padrino». Dentro de poco pensarán que «Casablanca» es la residencia del presidente norteamericano; «El crepúsculo de los dioses», una producción Marvel o «El hombre tranquilo» ,Chris Rock que no respondió a Will Smith.
Por cierto, Smith ha renunciado a la Academia de Hollywood cuando se había iniciado un proceso para sancionarle. El ganador del Óscar de mejor actor siempre será recordado por su bofetada a Rock y menos por su «maravillosa» interpretación que, no es para tanto, del padre de las tenistas Williams Nunca debió producirse esa agresión, pero nunca tampoco, Chris Rock debió traspasar los límites del humor bromeando con la enfermedad que padece la actriz Jada Pinkett, la esposa de Will Smith
El incidente se ha convertido ya en la referencia de esta edición número 94 de los Óscar de Hollywood porque estoy seguro que ninguna de las películas que llegaron a la gran noche pasará a la historia. No volveremos a verlas una y otra vez porque si revisamos a las cintas finalistas observaremos, de nuevo, esa falta de creatividad que hay en la industria porque empezando con el Óscar de mejor película, «Coda», que se llevó tres premios, es un remake de «La familia Bélier», película francesa que no desmerece para nada lo que nos cuenta la cinta norteamericana. «El poder del perro» que de doce nominaciones soló ganó el Óscar de mejor directora para Jane Campion, es un western excesivamente alabado porque no habrá un antes y un después tras verlo, y más si conservamos en la memoria títulos como «El hombre que mató a Liberty Valance», «Solo ante el peligro» o «Sin perdón». «Dune» ya es sabido, es una nueva versión del filme de David Lynch que arrasó con los premios llamados técnicos. Para mí es espectacular pero vacía y ya se anuncia la segunda entrega que no será «El padrino 2»
Sí hay tres películas que más o menos recordaré como la poética, aunque excesivamente larga, «Drive my car» (Óscar película extranjera); la concreta y sincera «Belfast»(Óscar guion original) y la frescura y autenticidad de «Licorice pizza», de Paul Thomas Anderson que no obtuvo ningún premio y que de alguna manera recupera el cine indie de los años setenta de directores como Mike Nichols, Paul Mazursky John Cassavetes o Robert Altman.