Eduardo Moyano - OPINIÓN
Las cartas mojadas de los inmigrantes
“Las cartas de Alou”, de Montxo Armendáriz llevó al cine las dificultades por las que atravesaba un inmigrante subsahariano en España, allá por los años noventa
“Las cartas de Alou”, de Montxo Armendáriz llevó al cine las dificultades por las que atravesaba un inmigrante subsahariano en España, allá por los años noventa. Aquella película, excelente, era una ficción documental. Otras misivas, dramáticas y plenas de ternura, al mismo tiempo, son ... las que envían los inmigrantes que intentan llegar a Europa y que, en muchos casos, terminan, como sus portadores o receptores, en el fondo del mar.
“Cartas mojadas” que, ha llegado este último fin de semana a las salas, es un documento estremecedor sobre los inmigrantes y los refugiados; sobre miles de personas que año tras año intentan escapar del terror o de la pobreza. Seres humanos que, con frecuencia, buscan alcanzar las costas gaditanas o de otros puntos de Andalucía o Canarias o, como en el caso de esta película, de la debutante Paula Palacios, ganadora en Málaga, las islas italianas . “Cartas mojadas” es un documento emotivo y estremecedor que vuelve a dejar en mal lugar a la Unión Europea que aporta fondos a las ONGs que ayudan a los inmigrantes y al mismo tiempo da grande sumas de dinero a los libios o los turcos para que impidan su llegada al continente europeo.
La cámara de Paula Palacios es testigo de la inmensidad del mar y de pequeñas embarcaciones abarrotadas de personas que, se han lanzado al mar desesperados para alcanzar una Europa que tampoco les recibirá con los brazos abiertos. De hecho, la película muestra imágenes de violencia de la policía francesa en las calles de París expulsando a los que duermen en improvisadas tiendas de campaña o apresándolos para ser expulsados del país. Esa cámara que también nos lleva a Trípoli para mostrar la ciudad donde tiene lugar el mayor tráfico de seres humanos, se alía con los barcos que recogen a los inmigrantes en alta mar como el Open Arms, de la organización humanitaria española del mismo nombre, que trabaja incansablemente para salvar a los náufragos. De hecho, el filme relata el rescate de quinientas cincuenta y una personas que se encontraban a la deriva en alta mar y todo el procedimiento que llevan a cabo para conseguir llevarlos a puerto. La voz en off que acompaña las cartas de los que nunca volvieron a pisar tierra recuerda que a los que están en el fondo del mar, “los llaman desaparecidos, porque nadie ha encontrado sus cuerpos. No contamos, no sumamos en las listas de los que mueren en el viaje. Como las cartas no hemos conseguido llegar a nuestro destino. Y, sin embargo, huir, tuvo sentido. Os perdono”.
Hay que ver y sentir esas “Cartas mojadas” porque lo que nos muestra casi lo podemos tocar. Lo sufren millones de personas que intentan huir del horror y alcanzar un mundo mejor.